Srinagar (India), 21 jun (EFE).- La celebración del primer ministro indio, Narendra Modi, del décimo Día Internacional del Yoga este viernes en la Cachemira india estuvo acompañada de una polémica sobre la supuesta coacción a funcionarios y escolares para participar en los programas, una situación que las autoridades niegan.
"Una ocasión de celebración se ha convertido en un día que llena a la gente de temor. Un día antes del Día Internacional del Yoga, todos los funcionarios y escolares recibieron órdenes de presentarse en diferentes lugares a horas intempestivas", dijo en la red social X la ex jefa de Gobierno de la disputada región, Mehbooba Mufti.
La líder del regional Partido Democrático de los Pueblos (PDP) señaló que "ni las embarazadas se han librado" ya que, según ella, una funcionaria encinta fue "amenazada con elegir entre su trabajo o estar presente en el evento".
Los comentarios de Mufti se añadieron a otras denuncias de coacciones a participar en los eventos relacionados con la práctica milenaria del yoga que coinciden con la presencia de Modi en la principal ciudad de esta región de mayoría musulmana, Srinagar.
Sin embargo, la administración local gobernada directamente por Nueva Delhi calificó estas afirmaciones de "desinformación".
"Todos los participantes en las celebraciones del día del yoga se han presentado voluntarios, y ningún funcionario ha sido obligado a participar en el evento contra su voluntad", señaló en un comunicado el Gobierno de Jammu y Cachemira.
El líder nacionalista hindú, que obtuvo este mes un tercer mandato consecutivo como primer ministro gracias al apoyo de su coalición, subrayó hoy cómo "la atmósfera, energía y experiencia del yoga se puede sentir hoy en Jammu y Cachemira".
Modi participó en varios eventos en Srinagar para elogiar la práctica, y también prometió a los cachemires que "no queda mucho" para que puedan elegir a su propio gobierno.
El Gobierno indio abolió unilateralmente el estatus de semiautonomía de la Cachemira india en 2019 e impuso restricciones sin precedentes, incluyendo la encarcelación de miles de políticos y activistas, antes de bifurcar el estado en dos territorios controlados directamente por Nueva Delhi.
"No queda mucho para que Jammu y Cachemira pueda decidir su propio futuro como un estado", dijo ayer por la tarde el primer ministro, señalando a un posible retorno del control del Gobierno regional a los habitantes de la región.
La Cachemira india debe celebrar elecciones regionales antes del próximo 30 de septiembre por orden del Tribunal Supremo el pasado diciembre.
El volátil e idílico territorio del Himalaya es disputado por la India y Pakistán desde su independencia del Imperio británico en 1947, y la región se vio sumida desde 1989 en una revuelta armada de corte separatista, que exige la independencia total de Nueva Delhi o su fusión con Pakistán.