Corea del Sur convocó el viernes al embajador ruso para protestar por el acuerdo de defensa que Rusia firmó con Corea del Norte, en momentos en que las tensiones en la península coreana están aumentando con amenazas vagas e incursiones breves, al parecer accidentales, de tropas norcoreanas.
Horas antes el viernes, la poderosa hermana del líder norcoreano Kim Jong-un emitió una vaga amenaza de represalia luego que activistas surcoreanos soltaron globos con mensajes anti-Pyongyang hacia el otro lado de la frontera, y las fuerzas surcoreanas dijeron que habían hecho disparos de advertencia para repeler a soldados norcoreanos que por breve tiempo cruzaron la frontera, por tercera vez en lo que va de mes.
Ello ocurrió dos días después de que Moscú y Pyongyang firmaron un acuerdo en el que prometieron ayudar al otro en caso de un ataque, y un día después de que Seúl respondió diciendo que consideraría enviar armas a Ucrania para ayudarle a defenderse de la invasión rusa.
El viceministro de exteriores surcoreano Kim Hong Kyun convocó al embajador ruso Georgy Zinoviev para comunicarle la postura de Seúl ante el pacto ruso-norcoreano. El Ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano no confirmó qué se dijo durante el encuentro.
Las campañas de activistas surcoreanos de lanzar panfletos hacia el otro lado de la frontera han provocado la reanudación de la guerra psicológica al estilo de la Guerra Fría en la delimitación intercoreana.
Los activistas surcoreanos, liderados por el desertor norcoreano Park Sang-hak, dijeron que el jueves en la noche enviaron 20 globos con 300.000 panfletos, 5.000 unidades USB de memoria con canciones y dramas televisivos surcoreanos, y 3.000 billetes de dólares estadounidenses, desde el poblado fronterizo de Paju.
A Pyongyang le irritan esos lanzamientos, temiendo que desmoralicen a los soldados y habitantes en la frontera y eventualmente socaven la autoridad del líder Kim Jong-un, dicen analistas.
En un comunicado publicado por la agencia noticiosa oficial norcoreana, Kim Yo Jong, la hermana del líder norcoreano, tildó a los activistas de “desertores escoria” y lanzó lo que pareció ser una amenaza de represalia.
“Cuando haces algo que claramente se te dijo que no debías hacer, es lógico que termines enfrentándote a algo que no tendrías que enfrentar”, dijo la dirigente, sin especificar qué haría el Norte.
Tras lanzamientos previos de panfletos surcoreanos, el Norte lanzó más de 1.000 globos hacia el Sur con basura, destrozando techos y ventanas y causando otros daños. Kim Yo Jong previamente había insinuado que los globos podrían convertirse en la respuesta estándar del Norte a los panfletos y que el Norte podría “lanzar muchas veces más basura de la que están lanzando sobre nosotros”.
En respuesta, el Sur reanudó las emisiones de propaganda antinorcoreana con altavoces instalados en la frontera, por primera vez en años. Kim Yo Jong, en otro comunicado publicado por la prensa estatal, respondió a eso advirtiendo que Seúl está “creando el preludio a una situación sumamente peligrosa”.
(AP)