Nairobi, 20 jun (EFE).- Unas 315 personas han muerto por las fuertes lluvias que golpearon Kenia desde el pasado mes de marzo y que causaron graves inundaciones antes de reducirse en la mayor parte del país, confirmó este jueves la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Según un informe en el que la OCHA cita datos del Centro Nacional de Operaciones de Desastres (NDOC, en inglés) keniano, las fuertes precipitaciones afectaron a más de 300.000 personas entre los pasados 1 de marzo y el 18 de junio.
Entre ellas, más de 290.000 personas se vieron desplazadas y 188 resultaron heridas, mientras que 38 permanecen desaparecidas.
De hecho, al menos 81 campos de desplazados siguen en funcionamiento en seis de los 43 condados del país afectados por las inundaciones (de un total de 47) y acogen a unas 54.000 personas, según la Cruz Roja keniana.
De acuerdo al Departamento Meteorológico de Kenia, después de que la temporada de lluvias que afecta a la región de África oriental entre marzo y mayo haya llegado a su fin en la mayor parte del país, siguen esperándose "lluvias por encima de la media" entre junio y agosto en algunas zonas, como la cuenca del lago Victoria o el Valle del Rift, en el oeste y el noroeste del país.
Hasta ahora, cerca de 5.280 colegios se han visto afectados por las inundaciones en todo el territorio keniano y 140 permanecen cerrados, algo que, junto con la falta de comidas escolares, ha hecho que unos 350.000 estudiantes sigan sin asistir a clase tras la reapertura generalizada de las escuelas el pasado 13 de mayo.
Además, 18 centros médicos repartidos en seis condados siguen siendo inaccesibles, al haber sido destruidos o inundados y, a fecha del 18 de junio, se habían registrado en el país 79 casos de cólera, una enfermedad que se transmite a través de aguas contaminadas.
A principios del pasado mayo, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que el Gobierno keniano no actuó a tiempo ni respondió de manera adecuada a las devastadoras inundaciones, a pesar de las predicciones meteorológicas con las que contaba, al subrayar que las lluvias han exacerbado las desigualdades socioeconómicas.
Este año, la temporada larga de lluvias (marzo-mayo) se ha visto intensificada por el fenómeno meteorológico de El Niño, un cambio en las dinámicas atmosféricas ocasionado por el aumento en la temperatura del océano Pacífico que, según investigaciones recientes, se ha visto agravado por el cambio climático.
Según informó en mayo la OCHA, al menos 473 habían muerto y más de 400.000 se habían visto desplazadas por las lluvias torrenciales en el este de África, sobre todo en Kenia, Tanzania, Ruanda, Burundi y Somalia.