Spalletti y Barella, la esperanza ante la montaña rusa italiana

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Dortmund, 19 jun (EFE).- Italia vive tiempos extraños en su fútbol. Se ha quedado fuera de los dos últimos mundiales y, entre medias, ganó la Eurocopa de 2020 -disputada en 2021- ante una Inglaterra anfitriona. Una montaña rusa a la italiana que tiene como enemigos a Luciano Spalletti y a Nicolo Barella, la esperanza de los 'azzurri' para creer en un futuro mucho más estable, en el retorno entre los más grandes.

Italia llega a la Eurocopa como vigente campeona, pero lejos de ser candidata principal a la reválida del título. La corona europea que porta está destinada a acabar en otras fronteras. Aunque también parecía imposible hace 3 años y acabó en su poder. Es un continuo subir y bajar el de esta selección en los últimos 8 años.

La llegada al banquillo de Luciano Spalletti, arquitecto del temible Nápoles de la 2022-23, campeón de un histórico 'Scudetto' con un juego superlativo, arroja un rayo de luz sobre el futuro de Italia, que espera conseguir estabilidad a sus órdenes.

Hay pocos entrenadores que estén tan orgullosos y comprometidos con el ser seleccionador nacional. Es lo máximo para él en su carrera. Y lo demuestra cada vez que puede.

"Somos los protagonistas del sueño de todo italiano que, de niño, salía de la escuela con el balón y volvía a casa por la noche sudoroso y con las rodillas despellejadas. Para nuestros compatriotas somos héroes, gigantes, tenemos que darlo todo en el partido", dijo el técnico en la rueda de prensa previa al partido ante Albania.

Su manera de entender el fútbol ha roto un poco con la tónica de una selección avocada siempre a ser recordada por su estilo defensivo. Pero él tiene claro su objetivo: lo más importante es jugar bien.

"Desde que empecé a entrenar a niños pequeños me han dicho que lo importante es ganar. No, lo que importa es jugar bien. Para que podamos luchar por ganar la Eurocopa 2024 tenemos que jugar bien al fútbol. Tenemos que mantener la fe en nuestro estilo. Es el camino a seguir", azotó, tajante.

Los jugadores le ven como un líder claro. Era la mejor opción para el banquillo y su proyecto se presenta como un trabajo a largo plazo.

También centra sus esperanzas Italia en un Nicolo Barella que llega en un momento de forma espectacular. A sus 27 años y padre de 4 hijos, tiene el fútbol del Inter y de la 'Azzurra' en sus pies.

Rompedor de líneas nato, tanto en conducción como con filtraciones, es también un excelente llegador con olfato de gol, lo que le convierte en un centrocampista completísimo.

En el Inter, de hecho, es el jugador que más líneas rompe con los pases progresivos: 425 en total en esta temporada, con especial incidencia en el carril central según datos de BeSoccer a EFE.

Recuperado al 100% tras unas molestias en su cuádriceps y jugar los 90 minutos ante Albania, partido en el que marcó un golazo con una volea desde fuera del área que culminó la remontada, Barella se erige como el jugón de un Italia que depende de su chispa para generar peligro, de su regularidad para ser un equipo estable y de su organización para ser un equipo competitivo.

Italia está harta de vivir en una montaña rusa. Ni los 2 Mundiales que se ha perdido ni ganar la Euro 2021 representan el momento real de una selección que está en construcción, con jóvenes talentos empujando (campeona de Europa sub19 y sub17, subcampeona del mundo sub20) y una base sólida de experimentados en grandes partidos.

Con Spalletti y Barella, Italia persigue esa regularidad que anhela para, a partir de ahí, dar el salto y a colocarse de nuevo como candidata en las grandes citas.

Tomás Frutos

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