Redacción Medioambiente, 19 jun (EFE).- La contaminación del aire produjo 8,1 millones de muertes en todo el mundo en 2021, y ha pasado a ser la segunda causa de decesos, incluso en niños menores de cinco años, según revela un informe publicado este miércoles por UNICEF y el Health Effects Institute (HEI) de Estados Unidos.
La quinta edición del 'Estado global del Aire' (State of Global Air, SoGA) de HEI, una organización independiente de investigación sin ánimo de lucro, que ha sido elaborado por primera vez en colaboración con UNICEF, revela además que la exposición a la contaminación del aire se relacionó con más de 700.000 muertes de niños menores de cinco años.
Al menos 500.000 de estas muertes infantiles está vinculada a la contaminación del aire en los hogares debido a la utilización de cocinas con combustibles contaminantes, sobre todo en África y Asia. No obstante, se ha registrado una reducción del 53 % en la tasa de mortalidad infantil en menores de cinco años desde el año 2000 gracias al acceso de energía limpia.
El informe incluye datos de más de 200 países y territorios de todo el mundo, lo que indica que casi todos los habitantes del planeta respiran diariamente niveles insalubres de contaminación atmosférica.
El nuevo Informe SoGA señala que entre los mayores contaminantes del aire están las partículas finas (PM2,5), la contaminación del aire doméstico, el ozono (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2), en un análisis de los datos recogidos por el estudio Global Burden de 2021.
La contaminación atmosférica por PM2,5 procede de la quema de combustibles fósiles y biomasa en sectores como el transporte, los hogares, las centrales eléctricas de carbón, las actividades industriales o los incendios forestales.
Estas emisiones no sólo afectan a la salud de las personas, sino que también contribuyen a los gases de efecto invernadero (GEI) que producen el "calentamiento global".
Por primera vez, el informe de este año incluye los niveles de exposición y los efectos relacionados con la salud del dióxido de nitrógeno (NO2), incluido el impacto de la exposición al NO2 en el desarrollo del asma infantil.
Después de problemas de tensión alta en adultos y de malnutrición en menores de cinco años, la mala calidad del aire se ha convertido en la segunda causa de muerte.
Los investigadores señalan además que "muchos millones de personas" padecen enfermedades crónicas debilitantes, lo que ejerce una enorme presión sobre los sistemas de atención sanitaria, las economías y la sociedad, recoge el documento.
Los niños menores de cinco años son "especialmente vulnerables", con efectos sobre la salud como nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, asma y otras enfermedades pulmonares.
"A pesar de los avances en salud materno-infantil, cada día mueren casi 2.000 niños menores de cinco años a causa de los impactos de la contaminación atmosférica sobre la salud", señaló la directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Kitty van der Heijden.
"Esperamos que el informe sobre el estado del aire en el mundo proporcione tanto la información como la inspiración para el cambio", ha asegurado la presidenta del HEI, Elena Craft, y ha subrayado que mejorar la calidad del aire y la salud pública mundial "es práctico y factible".
En regiones como Latinoamérica, África y Asia se están adoptando medidas para mejorar la calidad del aire, como la instalación de redes de vigilancia de la contaminación atmosférica, la aplicación de políticas de calidad del aire más estrictas o la compensación de la contaminación atmosférica relacionadas con el tráfico, como el uso de vehículos híbridos o eléctricos, según el reporte.