Río de Janeiro, 18 jun (EFE).- La Amazonía concentró el 42 % de los incendios registrados en Brasil desde 1985, lo que causó destrucción del 19,6 % de la superficie del bioma, según un estudio divulgado este martes por la plataforma científica MapBiomas.
No obstante, la mayor área destruida por las llamas se registró en el Cerrado, un ecosistema de sabana tropical situado al sur de la selva amazónica, que concentró el 44 % de la superficie quemada en el país en las últimas cuatro décadas.
Según la coordinadora de MapBiomas Fuego, Anne Alencar, la Amazonía tiene un "riesgo elevado" por los incendios, pues su vegetación no está adaptada al fuego, "lo que empeora el nivel de degradación ambiental".
Para el caso del Cerrado, los expertos de la plataforma señalan que si bien es un ecosistema donde el fuego es un componente natural, el aumento de la deforestación y la expansión agropecuaria han incrementado los incendios.
Los incendios han afectado más aún al Pantanal, un humedal rico en fauna y flora compartido por Brasil, Paraguay y Bolivia, donde actualmente hay decenas de fuegos activos a pesar de ser época húmeda.
Las llamas arrasaron el 59,2 % de la superficie del humedal en territorio brasileño desde 1985, lo que convierten al Pantanal en el bioma con más área destruida del país.
El estudio señala que en los últimos 39 años fueron devastadas 199 millones de hectáreas al menos una vez en el país, lo que equivale a una cuarta parte de toda la superficie del país.
La vegetación nativa ha sido la más afectada, con más de dos tercios de especies nativas destruidas, mientras que el resto ocurrió en pastizales y de cultivos.
Según MapBiomas, un promedio de 18,3 millones de hectáreas se ven afectadas en el país cada año por los incendios, especialmente en la temporada de sequía que se da entre julio y octubre.
Los datos también muestran que el 65 % del área afectada por incendios en el país fue quemada más de una vez en esos 39 años y el Cerrado fue donde más se dio esta particularidad.
Los niveles de destrucción bajan sustancialmente en los otros tres biomas del país.
La Caatinga, una zona semidesértica en el noreste de Brasil, tuvo el 12,7 % de su área total afectada; el Bosque Atlántico, que se extiende a lo largo de la costa brasileña, el 6,8 %; y la Pampa, donde las quemas fueron mínimas, el 2,8 %.