El jefe de DDHH de la ONU, sobre la situación en Birmania: "El régimen militar asfixia al país"

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El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha alertado este martes de la grave crisis humanitaria que atraviesa Birmania, donde el "régimen militar ilegítimo asfixia al país", y ha lamentado que la población "sufre un dolor agonizante". Así, ha señalado que la población birmana atraviesa una "desintegración de sus Derechos Humanos a una velocidad vertiginosa" y ha puntualizado que se trata de una "crisis que deriva del legado de décadas de dominación militar y represión de la disidencia". "Ahora mismo, esta misma dinámica se está manifestando de forma aterradora con las comunidades rohingya y rajine. Oímos historias horribles de tácticas de guerra, como las decapitaciones, ataques nocturnos con drones, la quema de viviendas mientras la gente duerme, personas tiroteadas mientras huyan para salvar sus vidas...", ha aseverado en un discurso. En este sentido, ha puntualizado que el Ejército ha perdido el control sobre una cantidad considerable de territorio, por lo que ha recurrido a "medidas cada vez más extremas, como el reclutamiento forzoso, el bombardeo indiscriminado y crímenes brutales", ha afirmado tras una gira por el sudeste asiático. Turk ha señalado que el Ejército sigue teniendo acceso a divisas y armas necesarias para "mantener su campaña de terror, mientras la ayuda económica internacional para el pueblo birmano es escasa en el mejor de los casos". "En mis conversaciones con representantes de la sociedad civil de Birmania, los defensores de los Derechos Humanos y las comunidades de refugiados, ha quedado claro que hay una nueva generación de jóvenes de todas las comunidades étnicas que lideran la lucha por crear una visión integradora para el futuro del país. Estamos asistiendo a una revolución popular contra décadas de opresión y violencia", ha aclarado. Así, ha puntualizado que en algunas zonas fuera de control militar han surgido nuevas estructuras de gobierno a nivel local, apoyadas por grupos étnicos armados y activistas, quienes "proporcionan alimentos, cobijo, educación y atención sanitaria a miles de personas que, de otro modo, apenas recibirían ayuda humanitaria". Es por ello que ha hecho un llamamiento a todos los grupos armados para garantizar en todo momento la protección de civiles y desertores. "Hay que evitarle al pueblo birmano más desesperación, más sufrimiento y más miedo", ha dicho antes de aseverar que los conflictos armados "siguen azotando brutalmente el país". Turk ha expresado su preocupación por la situación en Maungdaw, donde el Ejército de Arakán advirtió durante el fin de semana a los residentes de que debían evacuar la zona, especialmente a las comunidades rohingyas. "Pero estas comunidades no tienen opciones ni lugares a los que huir", ha sostenido. "Miles de civiles de estas comunidades se han visto obligados a huir, entre ellos comunidades rohingyas enteras sin garantías de encontrar un refugio seguro. Más de un millón de refugiados en Bangladesh siguen viviendo en el limbo en condiciones terribles, sin perspectivas de soluciones duraderas", ha continuado. "La rendición de cuentas, incluso en los procedimientos actualmente pendientes ante el Tribunal Penal Internacional, es absolutamente importante. Los fallos a la hora de garantizar la rendición de cuentas en la pasada transición de Birmania están permitiendo ahora que la historia se repita y atormentan el presente y el futuro", ha destacado. SITUACIÓN EN RAJINE Turk ha aprovechado la ocasión para recordar que la situación en el estado de Rajine es "trágica" y supone "solo un ejemplo de cómo este golpe de Estado ha dado lugar a años de conflicto, dolor y sufrimiento a todo un país". "Los ataques de los militares han sido, y siguen siendo, indiscriminados", ha añadido. Desde febrero de 2021, al menos 5.280 civiles, entre ellos 1.022 mujeres y 667 niños, han muerto a manos de los militares. Al menos 26.865 personas han sido detenidas y 20.592 permanecen recluidas, según datos de la ONU. En la actualidad hay tres millones de desplazados internos por estos conflictos, la inmensa mayoría aún sin alojamiento adecuado ni acceso a alimentos ni agua. "Muchas de las consecuencias más crueles de la continua denegación de acceso humanitario por parte del Ejército siguen siendo invisibles y no se informa de ellas", ha zanjado.

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