El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, ha recibido este lunes en el Parlamento australiano a su homólogo chino, Li Qiang, en el que ha sido el primer desplazamiento de un jefe de Gobierno chino a este país en siete años, lo que muestra una mejora de las relaciones diplomáticas entre ambos países. "Es un honor representar al Gobierno y al pueblo de Australia como su anfitrión. Es un placer corresponder a la generosidad con la que fui recibido en China el año pasado", ha declarado antes de recordar que fue su séptima visita al gigante asiático, si bien fue la primera desde que está en el poder y considera que "fue una oportunidad importante para avanzar" en los lazos diplomáticos. Albanese, que ha destacado que "fue una oportunidad importante para avanzar en el compromiso" entre ambas naciones, ha aseverado que cree que "el diálogo continuo es beneficioso" porque "siempre es mejor" tratar de forma "directa" sea "cual sea el problema", tal y como reza un comunicado de su oficina. "Nuestros recientes esfuerzos por entablar un diálogo sobre las cuestiones que afectan a nuestro pueblo, nuestros países y nuestra región han sido muy bienvenidos (...) Es una relación en la que siempre debemos estar dispuestos a colaborar unos con otros como naciones maduras", ha indicado. Si bien ha reconocido que "queda mucho por hacer", ha aseverado que "está claro que sus países están logrando avances en la estabilización y reconstrucción de ese diálogo crucial. "No siempre estaremos de acuerdo, y los puntos en los que no estemos de acuerdo no desaparecerán simplemente si los dejamos en silencio", ha hecho hincapié. El jefe de Gobierno australiano ha destacado que conviven en "una región en proceso de cambio y crecimiento" que importa tanto a Pekín como a Canberra, pero ha considerado que "los vínculos" entre sus pueblos "están en el centro de esto", contribuyendo a la "conexión" entre ambos", más allá de la diplomacia y la cooperación económica que "contribuyen" a la prosperidad. La visita de cuatro días de Li, que comenzó el sábado, se produce después de que las autoridades chinas eliminaran ampliamente los aranceles sobre las principales exportaciones australianas, incluidos el vino, el carbón y la cebada.