De padres a hijos: Schmeichel, Chiesa, Blind, Thuram, Hagi y Conceiçao

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Juan Manuel Sánchez

Berlín, 15 jun (EFE).- Un total de 622 jugadores de 24 selecciones nacionales distintas desfilarán durante las próximas cuatro semanas por tierras alemanas en la Eurocopa 2024; seis de ellos cuyos apellidos ya vivieron en primera persona el torneo continental... pero con otro nombre.

Y es que en esta Eurocopa habrá seis sagas familiares que reverdecerán viejos laureles para darle lustre a sus apellidos a través de su descendencia. De tal palo, tal astilla.

Uno de los casos más sonados y ya repetidos es el de los Schmeichel. Peter Schmeichel, legendario portero del Manchester United, fue el gran héroe de la Dinamita Roja danesa cuando se alzó con la Eurocopa de 1992, a la que acudió como invitada, cuando casi todos sus jugadores estaban de vacaciones, después de que su verdugo en la fase de clasificación, Yugoslavia, quedara excluida del torneo como sanción por la Guerra de los Balcanes.

Su hijo Kasper, también ya guardameta histórico de los daneses, se presenta en esta Eurocopa camino de los 38 años, tras una larga y sólida carrera con Dinamarca, que tuvo su momento culmen en el pasado campeonato europeo, cuando se auparon al tercer puesto.

Parece difícil que Kasper pueda igualar la hazaña que protagonizó su progenitor, pero al menos disputará su tercera Eurocopa (2012, 2020 y 2024), quedándose a solo una de las cuatro que completó su padre (1988, 1992, 1996 y 2000).

Italia es un país dado a producir grandes sagas familiares en el fútbol, como los Mazzola o los Maldini. Ahora son los Chiesa los que mantienen la tradición. Enrico fue uno de los puntas italianos más destacados de los noventa, principalmente en la Sampdoria y el Parma, lo que llevó a enfundarse la camiseta 'Azzurra' en la Eurocopa de Inglaterra 96, en la que anotó un gol frente a la República Checa.

En ese sentido, el hijo ha superado al padre. Su vástago, Federico Chiesa, es una de las principales figuras de la Juventus y la selección italiana, con la que ya se coronó campeón de Europa en el pasado campeonato multisede. Anotó dos goles, poniendo fin a una maldición de 53 años sin que los transalpinos levantaran la copa Henri Delaunay. Ahora, en Alemania, tratará de doblar el legado del apellido.

Uno de los países que, a diferencia de Italia, sigue anclado en una gran sequía sin levantar el máxima entorchado continental de selecciones es Países Bajos. Su último, y único, título lo alzó en 1988, curiosamente en Alemania, cuando lideraban la selección tulipán Marco Van Basten y Ruud Gullit. Uno de los entonces más destacados defensas neerlandeses, aunque se quedó sin ir aquel campeonato por decisión técnica del legendario Rinus Michels, era Danny Blind.

El histórico capitán del Ajax, el que levantó la última Liga de Campeones de los de Ámsterdam en 1995, sí acudiría en cambio con los Países Bajos a las citas de 1992 y 1996, aunque no pasaría de semifinales.

Su hijo Daley, imponente en el Girona, se presenta con la selección dirigida por Ronald Koeman -protagonista neerlandés en el título del 88- con la intención de conseguir lo que no pudo su padre. En su haber ya suma una participación en la Eurocopa -la de la pasada edición-.

Otra selección que lleva tiempo sin conquistar el título, aunque no tanto, es Francia. En su última victoria, en la edición de Bélgica y Países Bajos 2000, uno de las figuras portaba en el dorsal el apellido Thuram. Lilian, entonces aún lateral derecho -posteriormente se convertiría en un infranqueable central-, era uno de los baluartes en la zaga de aquella Francia liderada por Zinedine Zidane que venía de consagrarse como campeona del Mundo en el certamen de 1998, en el que también estaba el seleccionador actual Didier Deschamps, como jugador.

Francia ratificó su intocable condición con el título europeo dos años después, en la segunda de las cuatro participaciones en la Eurocopa de tuvo Lilian Thuram.

Su hijo Marcus, delantero, también jugará ahora la Eurocopa. El ariete del Inter de Milán, el gran rival de la Juventus, donde sobresalió su padre, llega al torneo tras una convincente temporada con los 'Nerazzurri', con los que ha conquistado la Serie A, siendo uno de sus referencias en la zona ofensiva junto al argentino Lautaro Martínez.

Marcus Thuram ya estuvo presente en la edición de 2021, en la que Francia no pasó de los octavos de final frente a Suiza. Ahora, tras la dolorosa derrota que sufrieron en la final de la Copa del Mundo de Catar frente a Argentina, Thuram y los suyos quieren redimirse en esta Eurocopa y lograr un hito sin precedentes: ser la primera familia de padre e hijo campeones.

En aquella década de los 90, uno de los mejores jugadores de la época venía de la Europa del Este y lideraba una selección que hasta entonces apenas había tenido protagonismo en el panorama del Viejo Continente. Tras despuntar en el Steaua de Bucarest, con el que llegaría a la final de la Copa de Europa del 89, Gheorghe 'Gica' Hagi se asentó como líder indiscutible del equipo nacional de Rumanía, al que, con su precisión en la pierna izquierda, conduciría a la época más dorada de su historia. En una trayectoria de 17 años como internacional, el llamado 'Maradona de los Cárpatos' disputaría tres Eurocopas (1984, 1996 y 2000), siendo la última de ellas en la que llegaría más lejos con los tricolores -hasta cuartos de final-.

 Sin haber heredado el mismo impresionante golpeo, pero sí su instinto y voluntad, está Ianis Hagi. El extremo acaba de concluir una consistente temporada en el ataque del Alavés de Luis García y afronta la Eurocopa con el deseo de demostrar que un gran apellido no tiene por qué ser una losa, sino una oportunidad.

La última de las familias que integran este selecto club lleva acento portugués. Sergio Conceiçao fue uno de los jugadores de banda más cotizados en el panorama internacional a finales de los noventa. Sus incursiones por ambos costados eran fulgurantes y de ellas se aprovecharía Portugal en la Eurocopa de Bélgica y Países Bajos 2000. Comenzó en ella como suplente, pero al tercer partido, con Luis Figo reserva por descanso -Portugal ya estaba clasificada para cuartos-, Conceiçao haría la exhibición de su vida y le endosaría un formidable triplete a Alemania, que quedaba apeada del torneo. Titular a partir de entonces.

La aventura de los lusos finalizaría en semifinales, tras caer por gol de oro, un penalti polémico anotado por Zidane, en la prórroga ante Francia. Actualmente, tras precisamente desquitarse con los galos en 2016, Portugal ya puede decir que es campeona de Europa, pero en su horizonte se divisa una oportunidad para aumentar su palmarés.

Y uno de los que intentará un nuevo triunfo es Francisco Conceiçao. Tras un inicio de carrera impactante en el Oporto, un paso por el Ajax parecía haber estancado su evolución. Sin embargo, una cesión de retorno a los dragones lo ha relanzado, con una sólida campaña. Su padre, desde el banquillo, fue el artífice tanto de su debut como de su regreso a Oporto. Ahora, tras la derrota del sempiterno Pinto da Costa en las elecciones a la presidencia del club, Sergio Conceiçao acaba de abandonar el equipo blanquiazul tras siete años como técnico. EFE

jms/jpd

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