Johannesburgo, 14 jun (EFE).- El Parlamento de Sudáfrica eligió este viernes al presidente Cyril Ramaphosa para un segundo mandato de cinco años en su primera sesión tras las elecciones generales del pasado 29 de mayo, en las que el Congreso Nacional Africano (CNA) perdió la mayoría absoluta por primera vez en treinta años.
Un total de 283 diputados, de los 339 que votaron, lo hicieron a favor de Ramaphosa para formar un Gobierno de coalición sin precedentes desde 1994, cuando Nelson Mandela se convirtió como líder del CNA (centroizquierda) en el primer presidente negro del país tras las elecciones que acabaron con el régimen segregacionista del 'apartheid' (1948-1994).
Ramaphosa, quinto presidente de Sudáfrica, se impuso en la votación al otro nominado, el líder de los Luchadores por la Libertad Económica (EFF, de extrema izquierda y cuarto partido del país), Julius Malema, de 43 años.
Malema consiguió el apoyo de 44 legisladores toda vez que 12 votos se declararon nulos, tras una sesión que duró más de 12 horas, incluidas pausas protocolarias y para comer.
La votación se produjo después de que John Steenhuisen, el líder del principal partido opositor, la Alianza Democrática (AD, centroderecha liberal), afirmó en un mensaje dirigido a la nación haber alcanzado un acuerdo con el partido de Ramaphosa para un "Gobierno de unidad nacional (GUN)".
El pacto, que también incluye al Partido de la Libertad Inkatha (IFP, conservador y nacionalista de la etnia zulú), marca "el comienzo de un nuevo capítulo para nuestro querido país", según subrayó el jefe de la oposición.
"A partir de hoy, la AD cogobernará la República de Sudáfrica, en un espíritu de unidad y colaboración", remarcó.
Antes de emitirse ese mensaje, la sesión de la Asamblea Nacional (Cámara Baja), que se celebró en el Centro Internacional de Convenciones de Ciudad del Cabo (suroeste), sede del Poder Legislativo, estuvo marcada por la incertidumbre sobre el éxito de la elección de Ramaphosa, ya que el CNA obtuvo sólo 159 de los 400 escaños en los comicios del 29 de mayo.
El CNA cosechó su peor resultado en 30 años, pero ganó las séptimas elecciones generales del país con el 40,20 % de los votos, mientras que la AD, heredera de la dirigencia política blanca que se oponía al "apartheid" (1948-1994), se llevó el 21,81 % de los sufragios y 87 asientos.
Los legisladores también eligieron a la nueva presidenta de la Asamblea Nacional, Thoko Didiza, del CNA, y a la vicepresidenta de la Cámara Baja, Annelie Lotriet, de la AD, que por primera vez en 30 años a un miembro del partido en ese puesto.
Tras desempeñar un importante papel en las negociaciones que permitieron desmantelar el "apartheid", ser un líder sindicalista y prosperar en el sector privado, Ramaphosa llegó en 2018 a la Presidencia con la promesa de cambio para acabar con la corrupción que empañó el mandato de su antecesor, Jacob Zuma (2009-2018).
Sin embargo, su popularidad decreció por la persistencia de problemas como el desempleo (32,9 %), la criminalidad, la crisis energética con constantes apagones y la extrema desigualdad que todavía pesa sobre la población negra.
Además, debió enfrentarse en las últimas elecciones al nuevo partido de Zuma, el uMkhonto weSizwe (Partido MK).
El Partido MK irrumpió en sus primeros comicios generales con casi el 14,60 % de los votos (58 escaños) y trató sin éxito de impugnar ante la Justicia la celebración de la primera sesión parlamentaria este viernes, si bien sus parlamentarios boicotearon el acto.
Johannebsurgo, 14 jun (EFE).- Cyril Ramaphosa, que pasó de activista contra el 'apartheid' a rico empresario y presidente de Sudáfrica, fue elegido este viernes por el Parlamento para un segundo mandato de cinco años en el que deberá dirigir el primer Gobierno de coalición en treinta años de democracia multirracial en el país.
Ramaphosa encabezó la lista más votada en las séptimas elecciones generales del pasado 29 de mayo, pero su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), cosechó su peor resultado al lograr 159 de los 400 escaños de la Asamblea Nacional (Cámara Baja del Parlamento).
Con cerca del 40,20 % de los votos, el CNA perdió su, hasta ahora, intocable mayoría absoluta y tuvo que pactar con otras formaciones por primera vez desde el fin del régimen segregacionista del 'apartheid' y la instauración de la democracia en 1994.
Antes de que fuera elegido el presidente, el segundo partido más votado, la Alianza Democrática (AD, centroderecha liberal), que obtuvo el 21,80 % de los sufragios (87 escaños), anunció un histórico acuerdo con el CNA para formar "un Gobierno de unidad nacional".
Tras desempeñar un importante papel en las negociaciones que permitieron desmantelar el 'apartheid' (1948-1994) y prosperar después en el sector privado, Ramaphosa llegó en 2018 a la Presidencia con una promesa de cambio para acabar con la corrupción generalizada bajo el mandato de su antecesor, Jacob Zuma (2009-2018).
Pero, durante su Gobierno, la frustración creció por la persistencia de problemas como el desempleo (32,9 %), la criminalidad, la crisis energética con constantes apagones y la extrema desigualdad que todavía pesa sobre la población negra.
El propio Ramaphosa, que siempre destaca las mejoras logradas desde el advenimiento de la democracia, no se ha visto exento de polémica: un presunto caso de corrupción hizo que su dimisión pareciera inminente en diciembre de 2022.
Nacido el 17 de noviembre de 1952 en Johannesburgo, pocos años antes de que su familia fuera forzada a mudarse al antiguo gueto negro de Soweto, Ramaphosa estudió Derecho.
Su etapa estudiantil le llevó al activismo político, donde se alineó con los movimientos de conciencia negra y acabó siendo encarcelado en dos ocasiones en los años 70 y acusado bajo las leyes de terrorismo del Gobierno segregacionista.
Más tarde, se inclinó hacia el sindicalismo y fue cofundador del Sindicato Nacional de Mineros Negros (NUM), el mayor de Sudáfrica.
Desde su secretaría general, dirigió en 1987 a los mineros en una de las huelgas más largas de la historia del país. A esa época se remonta su fama de estratega y negociador, que luego le convertiría en uno de los jóvenes con más proyección del CNA.
Su elección en 1991 como secretario general del partido -en su primera reunión tras treinta años proscrito- significó su salida del NUM para erigirse como figura clave de las negociaciones del fin del 'apartheid'.
Ramaphosa sonaba como primer vicepresidente negro de la Sudáfrica democrática, bajo la presidencia de Nelson Mandela (1994-1999), pero le fue encargada la labor de presidir la Asamblea Constituyente que redactó la nueva carta magna, aprobada en 1996.
Entonces, inició un nuevo capítulo lejos de la política en el mundo de los negocios, hasta convertirse en una figura destacada del capitalismo negro y uno de los hombres más ricos del país.
El presidente ha visto también su trayectoria manchada por momentos conflictivos, como su implicación en 2012 en la Masacre de Marikana, considerada el peor episodio de violencia en democracia.
Ramaphosa era directivo de la empresa británica Lonmin, gestora de la mina de platino de Marikana (a unos 100 kilómetros de Johannesburgo), cuando estalló una huelga en la que la Policía abrió fuego contra los manifestantes y mató a 34 personas.
Las comunicaciones internas mostraron a Ramaphosa como uno de los partidarios de aplicar mano dura justo antes de la matanza, aunque una investigación lo absolvió de responsabilidad.
En 2012 volvió a la primera línea política al ser elegido vicepresidente del CNA, antes de convertirse en el número dos de Zuma tras las elecciones de 2014.
Su escalada no quedó ahí y Ramaphosa se proclamó líder del CNA a finales de 2017, en sustitución de Jacob Zuma, forzado por el partido a dimitir como presidente por sus escándalos de corrupción.
El 15 de febrero de 2018 asumió la jefatura de Estado y auguró un "nuevo amanecer" para Sudáfrica.
Tras perder el CNA la mayoría absoluta, Ramaphosa, quinto jefe de Estado que gobierna Sudáfrica, tendrá que volver a recurrir a sus dotes negociadoras para dirigir un Ejecutivo de poder compartido que aguante los próximos cinco años.