Redacción Deportes (EE.UU.), 9 jun (EFE).- El australiano Will Power se impuso este domingo en Wisconsin para volver a ganar una carrera de IndyCar dos años después.
La prueba estuvo completamente dominada por el equipo Penske con el estadounidense Josef Newgarden y el neozelandés Scott McLaughlin completando el podio y dejando a Alex Palou (Chip Ganassi) en la cuarta plaza.
Fue un triunfo de su estrategia para lograr su segunda victoria en este circuito de Wisconsin y la número cuarenta en toda su trayectoria. Para Penske, sitúan tres coches en el podio, algo que no conseguían desde el GP de Sonoma en 2017.
“Tuve un coche muy rápido pero tengo que agradecérselo a los chicos, fue una gran estrategia. Es muy especial, fue muy duro en pretemporada, la pasada temporada fue muy estresante. Estoy muy feliz, y está muy merecido por parte de todo el equipo”, manifestó Power al bajar del monoplaza.
No fue la mejor carrera para Alex Palou y así lo mostró al terminar: “Nos faltó un poco más de velocidad para agarrar a los tres primeros. Fue un poco frustrante rodar solo durante gran parte de la carrera”, comentó el piloto español.
Power da un paso gigante en la tabla de clasificación y se mete de lleno en la pelea por el campeonato junto a los dos ‘Chip Ganassi’ de Scott Dixon y Alex Palou tras su triunfo en Wisconsin.
Un inicio tan dramático como la clasificación
El inicio de carrera fue continuista respecto a lo vivido en la clasificación previa, cuando la lluvia provocó múltiples incidentes en pista. En la salida no hubo agua pero sólo fue necesaria una curva para ver a los tres primeros de la parrilla deslizando sus monoplazas por la pista.
Lundqvist, Herta y Armstrong perdían sus posiciones de privilegio y la carrera cambiaba por completo. De ese caos, la imagen más impactante fue la de la cámara a bordo del McLaren del mexicano 'Pato' O’Ward, que perdió la visibilidad y logró sortear el peligro por el césped.
Se mostraron tres banderas amarillas en las primeras ocho vueltas y McLaughlin pasó a liderar la prueba, pero con los ocho primeros muy pegados en apenas cuatro segundos, esa octava posición era de Palou. El piloto español llegó a liderar en la vuelta 18 tras el paso de varios pilotos por boxes.
Los Penske de McLaughlin y Newgarden dominaron y ocupaban las primeras dos posiciones al ecuador de la prueba, con el ganador de las quinientas millas marcando vueltas rápidas y poniendo en apuros a su compañero.
Ya en la 32, Palou volvió a liderar, demoró todo lo posible su visita a los mecánicos para rodar muy rápido y tratar de ganar décimas de segundo que le situaran en una buena posición de cara al asalto final, pero salió por detrás de los Penske.
Dominio del Penske
Newgarden, pese a algún susto en su conducción pisando el verde y arriesgándose a perder el control de su vehículo, fue capaz de situarse líder de la prueba a menos de veinte vueltas para la bandera a cuadros. Hacía así olvidar el grave accidente que tuvo el sábado al estrellarse contra el muro.
Will Power supo convivir en este contexto y mantenerse con opciones de triunfo hasta el final, ocupó la tercera posición durante gran parte de las vueltas. Y a la fiesta se sumó un Colton Herta que supo recuperar tras la desgracia inicial y llegar a las últimas diez vueltas liderando en Wisconsin para asegurarse un puesto entre los diez mejores.
Los pasos por boxes de Newgarden y McLaughlin fueron un espectáculo intentando los ‘overcuts’, y con Power en la pelea, se completaba un gran día para el equipo Penske. El australiano sólo tuvo que mantenerse sin errores para volver a ganar una carrera después de dos años sin hacerlo.
El Arrow McLaren de 'Pato' O’Ward terminó en la octava posición, recuperando tres puestos respecto al inicio de carrera, pero se lamentó de volver a verse inmerso en un accidente: “Sólo pido un inicio limpio y sin incidentes. Sólo trato de sobrevivir en cada arranque y acabo en el medio”.