Jerusalén, 7 jun (EFE).- El todavía ministro del gabinete de guerra de Israel, Benny Gantz, ha convocado a los medios mañana a las 20.40 hora local (17.40 GMT) previsiblemente para anunciar que se retira del gobierno de emergencia creado tras la guerra y del gabinete de guerra.
El anuncio oficial de su partido Unidad Nacional (centro-derecha) no aclara el motivo de la comparecencia pero la prensa israelí y analistas políticos dan por hecho que el político va a retirar su apoyo al Ejecutivo de emergencia creado por Netanyahu poco después de los ataques de Hamás del 7 de octubre para el manejo de la guerra.
Gantz, que antes del 7 de octubre estaba en el bando de la oposición, fue el único líder que accedió a la petición de Netanyahu de formar un gobierno de unidad nacional en tiempos de guerra y logró un puesto dentro del gabinete de guerra más reducido, donde es uno de los tres integrantes con derecho a voto, junto con el propio primer ministro y el titular de Defensa, Yoav Gallant.
Gantz, que en el pasado fue jefe del Estado Mayor y ministro de Defensa, lanzó a mediados de mayo un ultimátum a Netanyahu: abandonaría el gabinete si no anunciaba un plan de postguerra para la Franja de Gaza antes del 8 de junio, algo que no ha ocurrido.
El exministro, como otras figuras del estamento militar y expertos, así como EEUU, creen fundamental definir cuánto antes quien asumiría las tareas civiles y de gobierno en la Franja cuando acabe la guerra, una vez que Hamás haya sido derrotado.
La prensa hebrea publica hoy que Netanyahu y Gantz mantuvieron una reunión la noche del miércoles, sin acuerdos, y en estos momentos tampoco hay contactos entre sus respectivos partidos Likud y Unidad Nacional.
La emisora pública israelí Kan informó de que el gobierno estadounidense ha intentado convencer a Gantz de retrasar su salida prevista en medio de los esfuerzos en curso para alcanzar un alto el fuego y un acuerdo de rehenes con Hamás en Gaza.
La salida del partido de Gantz del gobierno de emergencia no pone todavía en peligro la supervivencia de la coalición de Netanyahu, la más derechista de la historia de Israel, que mantiene los 64 escaños en el Parlamento, como antes de la guerra.
Sin embargo, el perfil político de Gantz se reforzó mucho durante la guerra y aún lidera las encuestas electorales -aunque se ha desinflado en las últimas semanas- y su renuncia es un varapalo simbólico para Netanyahu, a pesar de que los números todavía están de su lado.
Sin embargo, la coalición de gobierno corre otros peligros: los partidos de ultraderecha -Poder Judío y Sionismo Religioso- han amenazado con abandonarlo si se firma el acuerdo de tregua con Hamás, ya que consideran una concesión acceder al fin de los hostilidades; mientras que las formaciones ultraortodoxas -Shas y Judaísmo Unido de la Torá- si se anula la exención militar que desde hace décadas permite que eludan el servicio militar obligatorio los jóvenes haredíes que se dedican a estudiar la Torá.
En ambos casos, los 14 escaños que suma la ultraderecha nacionalista; como los 18 de los ultraortodoxos, sí son vitales para la supervivencia del gobierno de Netanyahu.