Un europeísta, un populista y un sancionado por corrupción aspiran a gobernar Bulgaria

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Sofía, 6 jun (EFE).- Un europeísta en caída libre de apoyos, un populista que sobrevive políticamente desde hace dos décadas y un acusado de corrupción aspiran a ser primer ministro de Bulgaria tras las elecciones generales del domingo, las sextas en tres años y sin visos de que se resuelva el bloqueo institucional en el país.

El primer ministro hasta el pasado abril, Nikolay Denkov, aspira a repetir en el cargo como candidato de la coalición reformista y euroatlántica Continuamos el cambio-Bulgaria Democrática (PP-BD).

Este doctor en Química de 62 años se ha formado profesionalmente en Japón, Suecia, Estados Unidos y Francia, y es autor de más de 100 publicaciones científicas y ha liderado cerca de 40 proyectos científicos internacionales.

Llegó a la política en 2014 como viceministro de Educación, una cartera de la que se hizo cargo luego en dos breves periodos entre 2017 y 2022.

El año anterior fue uno de los fundadores del partido Continuamos el cambio, con una agenda reformista, centrada en la lucha contra la corrupción y en acelerar la integración en la Unión Europea, de la que Bulgaria forma parte desde 2007.

Tras las elecciones de abril de 2023, en las que su coalición quedó segunda, fue nombrado primer ministro tras acordar una rotación en el cargo con el populista GERB, ganador de los comicios.

Los sondeos prevén que la lista obtenga hasta el 15 % de los votos, casi diez puntos menos que en abril de 2023.

Mejor resultado, el 25 %, auguran las encuestas al GERB, el partido que lidera Boyko Borisov, que entre 2009 y 2021 ocupó tres veces el cargo de primer ministro y que sigue siendo un peso pesado de la política búlgara tras casi 20 años.

Borisov, que está a punto de cumplir 65 años, fue bombero y también guardaespaldas del último dictador comunista búlgaro y luego del primer ministro Simeón de Sajonia-Coburgo, con quien entró en política.

Ha tenido altos cargos en el Ministerio del Interior, fue alcalde de Sofía y en 2006 fundó Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria, cuyo acrónimo GERB, significa escudo en búlgaro.

Borisov combina una imagen de hombre de acción con la de persona del pueblo, tirando a veces de un lenguaje malsonante, sin ocultar sus orígenes humildes, y asegura que modernizó las infraestructuras y la economía del país durante sus años como jefe de Gobierno.

En 2020 fue el centro de un escándalo cuando varios medios publicaron fotos suyas desnudo en su cama, rodeado de lingotes de oro, billetes de euros y con una pistola.

El político se excusó en que una "hermosa Mata Hari" enviada por sus rivales políticos le tendió una trampa.

Tras tres años de investigación la Fiscalía descartó que hubiera delito y recientemente también cerró la investigación contra él por supuesto blanqueo de dinero al comprar una casa de lujo en Barcelona.

Delyan Peevski es otro superviviente de la convulsa política búlgara, en la que lleva involucrado casi la mitad de sus 43 años.

Criado también políticamente en la formación de Simeón de Bulgaria, el ex rey que se metió a político tras la caída del comunismo, colidera desde el pasado febrero el DPS, el partido que representa los intereses de la minoría turca, y que podría tener el 12 y el 15 % este domingo.

Ha sido diputado casi ininterrumpidamente desde 2009. Su nombramiento en 2013 como jefe del servicio de contrainteligencia provocó tal oleada de multitudinarias protestas ciudadanas, que el Parlamento se vio obligado a revertir su decisión.

Antes ejerció cargos que tuvo que dejar al relevarse que no tenía los conocimientos o la experiencia necesarios, como investigador de delitos económicos o director del puerto de Varna, el mayor del país.

Las numerosas investigaciones abiertas contra él por supuesto abuso de poder, presiones a los medios de comunicación o irregularidades en privatizaciones de empresas públicas o quiebras bancarias nunca han terminado en condena.

Su madre, ex directora de la Lotería Estatal, adquirió con los años numerosos medios de comunicación, de los que él es propietario legal.

El Reino Unido y Estados Unidos lo acusan de corrupción, soborno y malversación.

Hasta las elecciones del abril de 2023, en la que fue elegido de nuevo diputado, residía regularmente en Dubái. EFE

vp-as/alf

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