Bruselas, 6 jun (EFE).- Alberto II, padre del rey Felipe de los belgas, cumple este 6 de junio 90 años, un aniversario que celebra en familia, sin actos oficiales y que pasará a la historia inmortalizado en una sesión de fotos junto con su hijo primogénito y su nieta Elisabeth, duquesa del Brabante y futura heredera del trono.
El mayor de los monarcas europeos tras la desaparición de la reina Isabel II en septiembre de 2022, y que últimamente ha sufrido algún achaque sin complicaciones, pasa ahora largas temporadas en la residencia que tiene en Châteauneuf-Grasse, en el sur de Francia, con su esposa la reina Paola.
Para su cumpleaños ha regresado al castillo de Belvédère en Bruselas, donde acogerá una fiesta privada.
La trayectoria del rey emérito, el sexto de los monarcas belgas, se ha visto marcada por distintos acontecimientos, incluida la II Guerra Mundial que vivió en su juventud, las pérdidas de familiares y un reinado atravesado por sucesivas crisis políticas, en las que el monarca desempeñó un papel fundamental.
Otro episodio importante en su vida fue el escándalo motivado por la relación extramarital que mantuvo con la baronesa Sybille de Selys y la hija fruto de esa relación, la princesa Delphine, a la que tardó más de 50 años en reconocer.
Alberto II, hijo del rey Leopoldo III y la reina Astrid, nació el 6 de junio de 1934 en el castillo de Stuyvenberg, en las afueras de Bruselas.
Tuvo dos hermanos: Balduino, el mayor, que reinó hasta su muerte en 1993 y la Gran Duquesa Joséphine-Charlotte.
Su infancia estuvo especialmente marcada por la muerte de su madre en un accidente de tráfico el 29 de agosto de 1935 en Suiza, cuando él sólo tenía un año.
Ya de joven, tuvo un importante impacto en su vida la Segunda Guerra Mundial, durante la cual su familia se vio obligada a trasladarse a Alemania y luego a Austria.
El 17 de julio de 1951, su hermano mayor Balduino llegó al trono a los 20 años al abdicar su padre, en un intento de restablecer la estabilidad política en Bélgica tras la crisis que vivió el país, conocida como la "cuestión real", que provocó la retirada del rey Leopoldo III.
El 2 de julio de 1959, Alberto II se casó con la italiana Paola Ruffo di Calabria, miembro de una familia aristocrática italiana, a quien había conocido el año anterior durante la ceremonia de coronación del Papa Juan XXIII.
De esta unión nacieron tres hijos: el príncipe Felipe (15 de abril de 1960), la princesa Astrid (5 de junio de 1962) y el príncipe Laurent (19 de octubre de 1963).
A finales de los años 60, Alberto y Paola atravesaron una grave crisis matrimonial y estuvieron al borde del divorcio.
Durante este delicado período, Alberto II mantuvo relaciones extramatrimoniales con la baronesa Sybille de Sélys Longchamps, madre de Delhpine Boël quien, en junio de 2013, emprendió acciones legales para ser reconocida oficialmente como hija de Alberto II, aunque Alberto y Paola acabaron reconciliándose.
Alberto II se convirtió en rey el 9 de agosto de 1993, tras la muerte de Balduino de un paro cardíaco el 31 de julio, mientras estaba de vacaciones en Motril (España).
Su reinado fue el primero bajo la nueva constitución belga de 1994, que proclamaba oficialmente el Estado federal y atribuía mayores competencias a las autoridades federales y comunales.
El monarca se erigió artífice de la unidad nacional durante distintas crisis de Gobierno debidas a las tensiones entre regiones, y criticó abiertamente el separatismo flamenco y los discursos políticos xenófobos de partidos como el desaparecido Vlaams Block.
Durante la crisis que se prolongó entre abril y diciembre de 2011, Alberto II ejerció como anfitrión y mediador en las sucesivas reuniones entre partidos flamencos y valones y, después de 541 días sin gobierno, facilitó la jura de un gobierno dirigido por el socialista Elio Di Rupo.
Unas semanas antes de cumplir 20 años de reinado, Alberto II anunció, el 3 de julio de 2013, su abdicación en favor del rey Felipe.
"Observo que mi edad y mi salud ya no me permiten ejercer mi función como quisiera", explicó a la nación durante un discurso. "Sería faltar a mis deberes y a mi concepción de la función real querer mantenerme en el cargo a toda costa", dijo entonces.
Felipe y su esposa Matilde d'Udekem d'Acoz, son ahora los reyes de los belgas.