Toronto (Canadá), 5 jun (EFE).- Miles de canadienses acuden cada año a España para realizar el Camino de Santiago. Y cada año la cifra crece gracias a decenas de voluntarios que difunden a otros canadienses sus experiencias y a la labor institucional, que ha convertido la ruta en una poderosa herramienta cultural y económica.
Dos veces a la semana durante prácticamente todo el año, decenas de personas se congregan en distintos puntos de Toronto para realizar caminatas de varios kilómetros por la extensa red de parques y ramblas de la ciudad canadiense.
Las caminatas están organizadas por Toronto Camino Community Group (TCCG), una organización que se dedica a difundir el Camino de Santiago y ayudar a que los peregrinos canadienses estén preparados para la ruta.
"Organizamos las caminatas dos veces a la semana para que la gente aprenda que no es exactamente fácil caminar 20 ó 25 kilómetros al día", explica a EFE Hannah Pilar, de TCCG.
Y es que, en Canadá, la popularidad del Camino de Santiago es creciente.
La Canadian Company of Pilgrims (CCP), fundada en 1995, tiene 18 secciones repartidas por el país (excepto Quebec) y 3.750 miembros.
Alfredo Martínez Serrano, embajador de España en Canadá y patrón honorario de CCP, destaca que el Camino es una poderosa herramienta de conexión "profunda y duradera" de los canadienses con España.
"Es clave la dimensión natural, porque los canadienses tienen esa mentalidad especial sobre paisajes. Segundo, la intensidad y profundidad de nuestra historia porque es un encuentro con más de 1.300 años. Y en tercer lugar, es que la diversidad e inclusión de Canadá se plasman en el Camino", explica el diplomático.
Austin Cooke, que inició su relación con CCP hace 25 años, creó el capítulo de Ottawa, presidió la asociación entre 2008 y 2015 y ha hecho la ruta en 12 ocasiones.
Cooke ha visto la asociación crecer de forma significativa y prevé que lo seguirá haciendo: "En 2022, 4.554 canadienses recibieron la 'Compostela' (el certificado que se entrega a quienes completan la ruta). En 2023 la cifra ascendió a 6.726, pero es que en 2009 fueron sólo 1.649".
Cada año entre 10.000 y 15.000 canadienses se plantean hacer el Camino y, según sus cifras, se prevé un aumento anual de los que viajan a hacer la ruta de entre el 5 % y el 10 %.
Bárbara Couto, consejera de Turismo de España en Toronto, confirma esa previsión.
"Los viajes al Camino desde Canadá fueron uno de los primeros productos que se recuperaron desde la pandemia y el interés no ha decaído", explica.
Además, añade, a través del trabajo que realizan con touroperadores el turista canadiense que hace el Camino tiene un poder adquisitivo muy alto: en 2023, su gasto aumentó un 60 % en comparación con 2022 y un 59 % en comparación con 2019.
Desde que David Tallan hizo su primer Camino en 1998, ha repetido la ruta múltiples veces. A primeras horas de un sábado, junto con TCCG y CCP, ha reunido más de medio centenar de personas en una de las principales tiendas de Toronto de equipamiento para caminatas. En su charla, explica cómo hacer la ruta y sus atractivos.
"Hay mucho interés entre los canadienses sobre el Camino. Y cada vez más año tras año. Hablo con otros y les digo que mi afición es hacer largas caminatas por España. Y su respuesta es que han escuchado eso de otros que lo han hecho y que han vuelto con grandes experiencias. Y eso despierta su interés", afirma.
De forma paralela, España ha aumentado recientemente sus actividades para atraer más canadienses al Camino. En 2022, la fachada de la catedral de Ottawa fue iluminada por la noche con los símbolos del Año Xacobeo.
En marzo de 2024, Martínez Serrano impuso la Orden del Mérito Civil a Lea Pennock y Wendy Loly, expresidentas de CCP, por "tender puentes" entre Canadá y España.
Y en 2025, Vancouver acogerá un congreso donde se reunirán todos los capítulos de las asociaciones de amigos del Camino de Santiago de Canadá y Estados Unidos.
Para Martínez Serrano no es una casualidad el poderoso atractivo del Camino: "Articula Europa y presenta España como uno de los países de referencia de Europa. Es una ruta de ideas, de relación que forja nuestro propio continente. Tiene una dimensión claramente económica y en nuestro país tiene una dimensión cultural", concluye.
Julio César Rivas