Pekín, 5 jun (EFE).- La temperatura media en China en mayo fue la más alta registrada en dicho mes desde 1961, según el Centro Meteorológico Nacional.
Durante dicho mes, la temperatura media en el país alcanzó los 17,7 grados, 1,2 grados más alta que la temperatura en años considerados normales.
Por otra parte, el centro anunció fuertes lluvias en los próximos días en el sur del país coincidiendo con los tres días de vacaciones por el Festival del Bote del Dragón.
Del sábado al lunes, cuando se celebra el festivo, varias zonas del sur del país experimentarán lluvias torrenciales mientras que habrá también tormentas en el noreste, según la autoridad meteorológica.
Algunas provincias como Hebei, Shandong y Henan verán temperaturas de hasta 39 y 41 grados, con lo que se aconseja evitar viajar en condiciones climáticas extremas.
El Ministerio de Recursos Hídricos de China anunció también hoy una serie de medidas para aumentar la precisión y la celeridad en la vigilancia y el pronóstico de inundaciones en el país, poco antes de que empiece el período de fuertes precipitaciones en el gigante asiático.
El ministro de Recursos Hídricos, Li Guoying, destacó la importancia de "actualizar los dispositivos de detección hidrológica" y de "desarrollar modelos matemáticos avanzados para el análisis de datos".
El ministro pronunció estas palabras en el distrito capitalino de Mentougou, donde se registraron el pasado julio las lluvias de mayor volumen desde hace 140 años, que provocaron unas inundaciones que causaron la muerte de más de 30 personas y la evacuación de decenas de miles.
Con la influencia de fenómenos como El Niño, se prevé que China experimente tanto inundaciones como sequías entre junio y agosto de este año.
En los últimos veranos, los eventos climáticos extremos han causado estragos en el gigante asiático: los meses estivales de 2023 estuvieron marcados por las citadas inundaciones en Pekín, mientras que, en 2022, diversas olas de calor extremo y sequías azotaron el centro y el este del país.
En julio de 2021, precipitaciones de una intensidad inédita en décadas dejaron casi 400 muertos en la provincia central de Henan, que el Ejecutivo chino achacó a una "falta de preparación y de percepción de riesgo" por parte de las autoridades locales.