Cambio de paradigma en Senegal: El debate sobre el fin de la presencia militar de Francia

Guardar

Dakar, 4 jun (EFE). La salida forzosa de las tropas francesas de Burkina Faso, Mali y Níger en los dos últimos años tras los golpes de Estado en esos países ha representado un movimiento sísmico en la geopolítica de África occidental, cuyas ondas podrían dejarse sentir también en Senegal.

Tras décadas de presencia militar de la antigua metrópolis en territorio senegalés, la llegada al poder del nuevo Gobierno del presidente Bassirou Diomaye Faye –en este caso mediante un proceso democrático– comienza a ofrecer esbozos de un posible cambio similar de paradigma.

“Sesenta años después de la independencia, debemos cuestionarnos las razones por las cuales el ejército francés todavía se beneficia de varias bases militares en nuestro país”, advertía a mediados de mayo pasado el primer ministro senegalés, Ousmane Sonko, durante un encuentro con estudiantes universitarios en Dakar.

Para Sonko, “el deseo de Senegal de tener su propio control es incompatible con la presencia duradera de bases militares extranjeras en Senegal”.

Las palabras del primer ministro se pronunciaban durante la visita del líder de la plataforma opositora francesa “La Francia Insumisa”, Jean-Luc Mélenchon, y demuestra el ánimo del Gobierno senegalés de buscar nuevos aliados en su relación con la antigua metrópolis.

Tanto Sonko como el presidente Faye, quien juró el cargo el pasado 2 de abril, abogan por una menor dependencia extranjera.

Sin embargo, el futuro de la presencia francesa en Senegal continúa sin ser abordado de forma oficial, más allá de foros informales.

“Hoy en día no existe razón alguna para la pertinencia de estas fuerzas militares en nuestro territorio”, destaca a EFE Diao Diallo, representante del Frente para una Revolución Antiimperialista, Popular y Panafricana (FRAPP), movimiento abanderado del sentimiento “antifrancés” en Senegal.

“Las experiencias de Mali o de Níger nos demuestran la ineficacia que han tenido estos destacamentos en la lucha contra el terrorismo”, destaca el activista.

“De igual modo, demuestran una falta total de reciprocidad: ¿Es posible imaginar bases militares africanas en Europa?”, se pregunta Diallo.

La reorientación política con respecto a la presencia militar francesa en Senegal comenzó en 2010, durante la presidencia de Abdoulaye Wade (2000-2012).

Desde entonces, el número de efectivos militares se ha reducido de los 1.200 iniciales a los aproximadamente 350 actuales, quienes constituyen los llamados Elementos Franceses en Senegal (EFS).

Este destacamento se encuentra ubicado, en su mayoría, en los campamentos Coronel Frédéric Geille, del barrio capitalino de Ouakam, y Contralmirante Protet, del puerto militar de Dakar, y su objetivo es, fundamentalmente, ofrecer misiones de formación y entrenamiento a los ejércitos de los 15 miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y Mauritania.

“La existencia de bases militares extranjeras en Senegal es una cuestión de soberanía nacional. Tenemos la esperanza de que el nuevo Gobierno cumpla todas las promesas de campaña al respecto”, señala a EFE Khadim Mbacke Sall, coordinador de Urgencias Panafricanistas, organización de lucha contra el neocolonialismo.

Este grupo ha realizado en Senegal sonoras protestas contra lo que consideran símbolos de explotación, como la quema de francos CFA, una polémica moneda creada en 1945 por Francia y utilizada en ocho países de África occidental.

En su campaña electoral, el presidente Faye sí defendió la salida de Senegal del franco CFA, así como la renegociación de los contratos de hidrocarburos con multinacionales extranjeras.

Sin embargo, el mandatario no abordó entonces la cuestión de la presencia militar francesa en Senegal.

La posible retirada del dispositivo galo es, ante todo, una cuestión más moral para Dakar que operacional, si se toma en cuenta el escaso número de efectivos en el país de acogida.

Más aún, cuando el Elíseo ya tenía previsto reducir a lo largo de este año el contingente en Senegal, no tanto por adelantarse a una posible expulsión, como por el cambio de percepción que el golpe de Estado en Níger en julio del pasado año ha provocado con respecto a la funcionalidad de estos despliegues.

Sin el peso específico directo en la lucha contra el terrorismo de los destacamentos de Burkina Faso o Mali, las bases militares de Senegal, así como las de Gabón y Costa de Marfil, perfilan una reestructuración a corto plazo, aún sin vislumbrarse el cierre.

“Para la juventud senegalesa, la presencia de tropas extranjeras en su territorio es una cuestión completamente obsoleta y que nos recuerda a la colonización", destaca a EFE Alioune Tine, fundador del grupo de reflexión panafricano AfrikaJom Center.

"Es necesario -agrega Tine- buscar otro modo de cooperación entre Occidente y los países africanos".

Eduardo S. Molano

Guardar