Ecologistas detectan niveles "alarmantes" de químicos en las aguas subterráneas en la UE

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Bruselas, 27 may (EFE).- Una investigación de varias organizaciones ecologistas ha detectado niveles "alarmantes" del "químico eterno" TFA (ácido trifluoroacético) en aguas superficiales y subterráneas en diez países de la UE, entre ellos España, con concentraciones "notablemente" altas en áreas agrícolas.

"Lo que sabemos no es muy tranquilizador", dijo este lunes en conferencia de prensa el bioquímico de la organización ambiental GLOBAL 2000 Helmut Burtscher-Schaden, que ha participado en el estudio presentado bajo el paraguas de la Red de Acción Europea contra los Plaguicidas (Pan Europe).

Los científicos recogieron 23 muestras de agua superficial y 6 de aguas subterráneas en diez Estados miembros de la Unión Europea (Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, España y Suecia), que fueron analizadas por el Centro Tecnológico del Agua de la localidad alemana de Karlsruhe.

Se centraron específicamente en encontrar TFA, que es un producto de degradación de los pesticidas que contienen PFAS, un grupo de unos 4.000 compuestos llamados sustancias perfluoroalquiladas y conocidos como "químicos eternos", y en los gases fluorados, que se utilizan como refrigerantes, disolventes o en espumas antiincendios.

"Las concentraciones encontradas en las muestras de agua promediaron 1.180 nanogramos por litro (ng/l). Esto es 70 veces más alto que la concentración promedio de todos los demás PFAS examinados combinados (17,5 ng/l), incluyendo los conocidos PFAS de 'puntos críticos'", arroja el estudio.

En 23 de las 29 muestras, las concentraciones de TFA superaron el valor límite total para las PFAS recogido en la Directiva de agua potable de la UE.

"Nuestros datos pintan un panorama alarmante de la contaminación del agua generalizada por un 'químico eterno' poco conocido pero altamente persistente y muy móvil", subrayó Burtscher-Schaden.

Los autores concluyen que hace falta un cambio de paradigma porque durante los últimos 25 años "se ha entendido principalmente como un problema de puntos críticos altamente contaminados pero localizados, ahora se ha extendido a todos los cuerpos de agua".

Indican, además, que la mayoría de los países de la UE no controlan los niveles de TFA en aguas superficiales, subterráneas o potables, a excepción de Alemania, Bélgica, Dinamarca, los Países Bajos y Suecia.

La regulación de la UE relativa a los pesticidas establecen que estos serán aprobados sólo si sus sustancias activas y "metabolitos relevantes" (derivados de la degradación) no exceden los 100 ng/l en aguas subterráneas.

El hecho de que las muestras analizadas den valores más altos pero esa sustancia no esté prohibida responde a que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no consideró en 2003 el TFA como un "metabolito relevante", eximiéndolo así "de todas las obligaciones de monitoreo y límites", indicaron.

"La desastrosa decisión de la EFSA de ignorar la contaminación de las aguas subterráneas por TFA aseguró la comercialización de los pesticidas PFAS para los fabricantes y sentó las bases para lo que es, sin duda, la contaminación más grande y más generalizada de las aguas superficiales y subterráneas europeas por un químico hecho por el ser humano", resumió la responsable de Pan Europea Salomé Roynel.

Sostienen, no obstante, que debería de haberse actuado en virtud de la Directiva Marco del Agua, que señala que los Estados miembros deben tomar "las medidas necesarias para revertir cualquier tendencia ascendente significativa y sostenida en la concentración de cualquier contaminante resultante del impacto de la actividad humana".

Los autores indican que hay poca investigación sobre la toxicidad del TFA, pero la toxicóloga de la plataforma Generations Future Pauline Cervan precisó que un reciente informe sobre animales elaborado por la propia industria indicaba que esa sustancia causó malformaciones graves en conejos cuyas madres fueron expuestas a esa sustancia durante el embarazo.

La Red de Acción Europea contra los Plaguicidas y las organizaciones que nutren el informe -Ecologistas en Acción, en el caso de España- concluye que "la magnitud de la contaminación" por TFA detectada requiere "una acción rápida y decisiva.

Esta debería incluir, añade la ONG, una prohibición rápida de los pesticidas PFAS, la implementación de la restricción general de PFAS bajo el reglamento de productos químicos REACH de la UE, la clasificación del TFA como "sustancia prioritaria" bajo la Directiva Marco del Agua, y obligaciones de monitoreo y límites para el TFA".

El nuevo estudio se conoce después de que el pasado febrero otro informe de Plan Europe arrojara que las frutas y verduras en la Unión Europea que presentan restos de PFAS se han triplicado entre 2011 y 2021.

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