Redacción ciencia, 27 may (EFE).- Un equipo de investigadores ha descubierto un nuevo mecanismo de erupción volcánica, similar al de un cohete de juguete de los que se lanzan al pisar una bolsa de aire conectada a una pequeña manguera, a raíz del estudio de las dinámicas que rigieron 12 explosiones del volcán hawaiano Kilauea, en 2018.
Comprender cómo se han producido las erupciones volcánicas pasadas es fundamental para hacer previsiones futuras más precisas, avisar mejor a la población y salvar vidas.
El hallazgo, recogido este lunes en la revista Nature Geoscience, describe cómo el aumento de la presión en el depósito subterráneo del volcán, a medida que el cráter se iba derrumbando, fue lo que provocó la explosión de gas y roca del Kilauea en 2018.
Los investigadores, de la Universidad de Oregón, el Servicio Geológico de Estados Unidos y la Universidad china de Sichuan, vieron cómo el magma del volcán se drenaba lentamente en un depósito subterráneo del Kilauea antes de cada explosión en la cumbre.
A medida que el depósito de magma se agotaba, el suelo dentro de la caldera se derrumbaba repentinamente, aumentando la presión en el depósito lo que provocó la expulsión de gases y rocas a través de los respiraderos del cráter del Kilauea.
Los investigadores comparan la dinámica de este nuevo mecanismo de erupción con un cohete de juguete, en el que al pisar una bolsa de aire conectada a una manguera se lanza un proyectil al aire.
"El 'pisotón' lo ejercería, en este caso, todo ese trozo de roca de la caldera volcánica, de un kilómetro de grosor que cae hacia abajo, presuriza la bolsa y fuerza el material volcánico hacia arriba", explica uno de los autores, Josh Crozier, investigador de la Universidad de Oregon en un comunicado de esta universidad.
El 'cohete', en el caso del volcán, sería el gas y las rocas que salen al exterior.
"El colapso de las calderas es bastante común, pero hasta ahora no habíamos descrito este mecanismo pisotón-cohete, que ha debido de ser frecuente en las erupciones", apunta Crozier.
En la mayoría de los casos, las erupciones volcánicas explosivas son provocadas por el ascenso del magma, la vaporización de las aguas subterráneas o una combinación de ambos.
Sin embargo, el material eruptivo del volcán hawaiano contenía muy poco magma fresco y ni rastro de agua subterránea, por lo que los científicos sospecharan que había un mecanismo distinto tras su erupción.
El Kilauea es uno de los volcanes más activos de la Tierra y de los que presentan coladas más antiguas (algunas datan de hace 300.000 años)
También es de los más vigilados y estudiados, ya que el Observatorio Volcánico de Hawai, parte del Servicio Geológico de Estados Unidos, lo tiene complemente cubierto de instrumentos científicos, desde sensores terrestres que miden desde la mínima sacudida hasta toda clase de herramientas que analizan al momento cada gas que emite.
Los ríos de lava de sus erupciones de 2018, analizadas para esta investigación, destruyeron miles de hogares y desplazaron a los residentes de la isla de Hawai durante meses.
Su última erupción, hasta el momento, tuvo lugar el pasado mes de septiembre