ARCO Lisboa quiere demostrar que el arte contemporáneo no es sólo para ricos

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Lisboa, 25 may (EFE).- Interesarse por el arte contemporáneo y empezar una pequeña colección no es algo únicamente para gente adinerada, defiende la feria ARCO Lisboa, que quiere democratizar esta forma de cultura y en la presente edición exhibe obras que pueden empezar en los 200 euros.

La 7ª edición de la feria, que se desarrolla hasta este domingo en la Cordoaria Nacional de la capital lusa, busca contribuir a que los portugueses vean el arte contemporáneo como una manifestación cultural accesible a todos.

"Coleccionar arte no es una cosa de una élite, puede ser para cualquiera", afirmó en declaraciones a EFE una de las curadoras de ARCO Lisboa, Luiza Teixeira de Freitas, que consideró que "todavía hay un camino enorme por hacer" en Portugal en este sentido.

Teixeira de Freitas realizó la curadoría de Opening, una sección dedicada a las galerías jóvenes y donde, por lo general, se pueden encontrar las obras más asequibles de la feria.

En el centro de este espacio se ha instalado este año una pared en la que cada galería de Opening ha colocado una de sus obras, con la condición de que el precio de la misma no superase los 3.000 euros.

Pero se pueden encontrar piezas asequibles para muchos bolsillos. La más económica de toda la feria cuesta 200 euros, es del artista portugués João Motta Guedes y está en el stand de la galería lisboeta Nave.

"Traemos siempre una propuesta que tiene obras que son más institucionales, de grandes colecciones, y también obra para el pequeño coleccionista privado o el que está queriendo empezar a crear su colección", explicó a EFE la directora y fundadora de la galería, Mercedes Cerón.

Cerón, de madre española y padre luso, aseguró que Portugal "no tiene una educación cultural y artística" como sí va existiendo en países como España: "Venir a una feria de arte es una barrera, porque se entiende que viene quien tiene una capacidad económica muy alta".

Esa diferencia se nota aún entre ARCO Lisboa y Madrid, aseguró la curadora Teixeira de Freitas, que ha trabajado en ambas.

"En Portugal es difícil todavía que el público entienda que la cultura es un derecho, que debería ser obligatoria. Creo que todavía no estamos ahí", defendió, aunque reconoció que cada vez hay más "curiosidad" e "interés" en el ciudadano luso.

El trabajo para democratizar el arte, continuó, deben hacerlo los curadores, directores de museos y galerías, no los propios artistas, un camino que pasa por su "internacionalización".

Ese proceso está más avanzado en España, que tiene decenas de galerías en ARCO Lisboa.

Una de ellas es la madrileña Silvestre, que este año dedica su stand íntegramente al artista gallego Vicente Blanco y es otra de las opciones más económicas de la feria, con dibujos a 250 euros, aunque también tiene obras a 15.000.

El codirector Pep Anton Clua Monreal señaló que esa idea de que el arte es para las élites empezó, porque en su momento sólo era accesible a los reyes o la nobleza, pero "afortunadamente" cada vez se piensa menos así.

"Hay un proceso paulatino, que va poco a poco", dijo el galerista, que aseveró que "cualquier persona que se acerque a las ferias, que hable con los artistas, verá luego que hay todo tipo de precios".

La entrada general en ARCO Lisboa son 20 euros en la web y 25 en taquilla, con algunos descuentos por edad.

Con estos precios, la democratización de la cultura en Portugal "es un poco difícil", ya que "todavía no es asequible para muchas personas", se quejó en declaraciones a EFE Elia Gonçalves, una apasionada del arte que visitaba la feria con una amiga.

Para despertar el interés y fomentar nuevos coleccionistas, la feria permite entrar gratis a los menores de 25 años durante la tarde del sábado, pero ese cambio pasa también por dar a conocer el arte y "desmitificarlo", según Blanca Soler, una joven española aficionada a visitar ferias de arte.

A veces se siente como si se entrase "en una tienda de lujo": "Si no vas a comprar algo da un poco de respeto. Se tendría como que implementar más la idea de ir simplemente por disfrutar del arte y de conocer, más que con la idea de si me lo puedo permitir o no", apuntó Soler.

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