Buenos Aires, 24 may (EFE).- El Gobierno de Argentina apoyó este viernes al Ejecutivo de la provincia de Misiones (noreste del país) en el marco de las protestas salariales que se desarrollan en la región desde hace ocho días y durante las que se registraron incidentes frente a edificios públicos la noche del jueves.
Manifestantes de los distintos sectores que reclaman mejoras salariales al Gobierno de Hugo Passalacqua siguen acampados este viernes en las calles de la capital provincial, Posadas.
Por su parte, el portavoz del Gobierno argentino, Manuel Adorni, aseguró en su habitual conferencias de prensa en la Casa Rosada (sede del Gobierno) que el ministro del Interior, Guillermo Francos, sigue de cerca la situación en el noreste del país.
"El ministro Francos habla con todos los gobernadores, también con el de Misiones, y (sigue de cerca) el planteo de fondo que hacen los docentes", dijo el portavoz refiriéndose a uno de los gremios que están protagonizando las protestas, iniciadas el 17 de mayo por policías locales de esa provincia.
No obstante, Adorni recordó que los asuntos educativos dependen en Argentina de los Gobiernos provinciales.
"El (Gobierno) nacional no puede interferir en esa negociación ni en un conflicto entre partes donde el Estado no es una de ellas", consideró el portavoz, que dijo que el Ejecutivo presidido por el ultraliberal Javier Milei está "atento" a cómo se desarrollan los hechos en Misiones y garantiza la seguridad de los ciudadanos de esta provincia.
"Entendemos que el conflicto se va a resolver y que la provincia va a estar a la altura de las circunstancias", dijo Adorni.
La tensión se intensificó en las últimas horas del jueves, cuando algunos manifestantes estuvieron a punto de entrar a la fuerza en la sede de la Cámara de Representantes provincial en Posadas, pero fueron reprimidos por la Policía.
En jornadas anteriores, los manifestantes cortaron el tráfico en varias rutas importantes de la provincia, fronteriza con Paraguay y Brasil en varios puntos.
Por el momento, los pasos fronterizos entre los tres países no se han visto directamente afectados por las protestas.