Bangkok, 22 may (EFE).- Estados Unidos expresó este miércoles su "profunda preocupación" por la escalada bélica en el estado occidental birmano de Rakáin entre el Ejército de Birmania y el rebelde Ejército Arakán, incluidas poblaciones donde se asienta la perseguida minoría musulmana rohinyá.
Varias ciudades, incluidas poblaciones rohinyás, han sido calcinadas durante los combates y un número indeterminado de personas se ha visto forzado a abandonar sus hogares, según informes citados por el representante estadounidense y la oposición birmana.
"Hacemos un llamado al Ejército de Birmania, así como a todos los actores armados, para que protejan a las poblaciones civiles y permitan el acceso humanitario sin obstáculos", señaló en un comunicado Matthew Miller, portavoz del departamento de Estado de los Estados Unidos.
La posición manifestada por EE.UU. es compartida por Naciones Unidas y por el autodenominado Gobierno de Unidad Nacional (NUG), opuesto a la junta militar que detenta el poder en Birmania desde el golpe de Estado de febrero de 2021.
"Los militares pretenden provocar un conflicto entre comunidades a través del caos y la amplia destrucción, con ataques aéreos contra poblaciones", denunció la noche del martes el NUG en un comunicado donde clama por la "protección de los civiles", incluidos los rohinyás y cualquier otra etnia.
El representante estadounidense subrayó hoy los "crímenes de lesa humanidad" perpetrados por el Ejército contra los rohinyás y alertó de que los enfrentamientos "aviven las tensiones comunales" en el estado Rakáin.
"Estos acontecimientos se producen en medio del reclutamiento forzoso de rohinyás, así como con la difusión de desinformación, información errónea y discursos de odio", remarcó Miller, en referencia a la orden de la junta militar birmana para imponer el servicio militar obligatorio tras la pérdida de tropas.
Se sospecha que estos rohinyás son forzados a combatir contra el Ejército de Arakan, una guerrilla de la etnia budista rakhine y contraria a la población musulmana, que desde octubre del 2023 aumentó su ofensiva contras las fuerzas del régimen castrense.
El lunes, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, dijo que los combates habrían provocado el desplazamiento de cientos de miles de miembros de la comunidad rohinyá, doblemente perseguidos por las fuerzas gubernamentales y por el Ejército de Arakán.
Birmania (Myanmar) se enfrenta a una acusación de genocidio ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya por la campaña militar que el Ejército birmano lanzó en agosto de 2017 contra la población rohinyá en el norte de Rajine.
Al menos 740.000 rohinyás se vieron forzados a huir a Bangladés durante este operativo, en el que murieron al menos 10.000 personas de esta etnia musulmana no reconocida por el Gobierno de Birmania.
El golpe militar de 2021 acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército.