Río de Janeiro, 21 may (EFE).- El Bosque Atlántico, el ecosistema que bordea el litoral brasileño y uno de los biomas más amenazados, perdió el año pasado 146,9 kilómetros de cobertura vegetal, un 27 % menos que en 2022, tras dos años de aumento, según un estudio divulgado este martes.
La deforestación de este ecosistema se había extendido por 200,7 kilómetros cuadrados en 2022, según el Sistema de Alertas de Deforestación del Bosque Atlántico de la organización no gubernamental SOS Mata Atlántica.
Pese a la importante reducción, el área desforestada en 2023 fue mayor que la medida en 2018, 2019 y 2020, según el estudio elaborado mediante el análisis de las imágenes de satélites del estatal Instituto Nacional de Estudios Espaciales (INPE).
"El nivel de devastación continúa alto considerando que se trata de un ecosistema del que solo queda el 12,4 % de su vegetación original", según SOS Mata Atlántica.
El estudio señaló igualmente que, pese a la menor devastación en la región principal del ecosistema, en las áreas aisladas de Bosque Atlántico enclavadas en otros biomas o en las áreas limítrofes con el Cerrado (sabana brasileña) y la Caatinga hubo un aumento de la deforestación del 53,7 %, hasta 694,3 kilómetros cuadrados.
El Bosque Atlántico, que se extendía originalmente por 1,3 millones de kilómetros cuadrados, de los que solo quedan 156.000 kilómetros cuadrados con vegetación original, es uno de los biomas más ricos en especies de flora y fauna del país, pero también el más amenazado por albergar cerca del 50 % de la población brasileña.
De acuerdo con la organización ecologista, de los 7.270 eventos que provocaron destrucción de vegetación original en la Mata Atlántica el año pasado, 6.850 estaban relacionados al aumento de las tierras de cultivo y 70 al crecimiento de las áreas urbanas.