Roma, 20 may (EFE).- El submarinismo como forma de integrar a jóvenes problemáticos: esta es la iniciativa que el Club de Arqueólogos de Italia ha impulsado para favorecer la inclusión en el mundo laboral de personas que han pasado por el centro de menores de Nápoles (sur), un proyecto que les permite dejar atrás su pasado y mirar con esperanza al futuro.
Este proyecto pionero en Europa, que nació hace cuatro años como un simple curso de submarinismo para unos pocos jóvenes, beneficia ya a una veintena de participantes que han tenido un pasado conflictivo y que ahora pueden acceder a una bolsa de estudios que les ayude a seguir formándose en el futuro.
"Este curso les sirve no solo para adquirir competencias, sino también, de alguna manera, para convertirse en ciudadanos activos y restaurar a nivel de desempeño social el daño que han provocado a la sociedad", explica a EFE Francesca Esposito, miembro del Archeoclub y una de las responsables del proyecto.
Los menores y jóvenes que participan en la iniciativa, algunos de ellos con condenas penales a sus espaldas, reciben la instrucción para sumergirse hasta a 30 metros de profundidad, y, al mismo tiempo, se fomenta entre ellos un espíritu de trabajo en equipo para que puedan integrarse en la sociedad sin inconvenientes.
El proyecto, en el que colabora también la Marina Militar italiana, "permite a los jóvenes conocer el patrimonio geológico, ambiental y arqueológico submarino, pero también las técnicas de buceo y primeros auxilios necesarias para convertirse en operadores técnicos o guías turísticos subacuáticos", explica Esposito.
Además, durante las inmersiones, realizan labores de limpieza del fondo marino y colaboran en el mantenimiento del 'MareNostrum', el barco desde donde realizan las inmersiones y que en el pasado perteneció a una mafia de trata de seres humanos que actuaba en Turquía.
"Este proyecto me puede ayudar muchísimo para mi futuro en mi trabajo, porque al final del curso puedo trabajar en una empresa de submarinismo", señala a EFE Umberto, un joven de 19 años que participa en su segundo curso.
El principal objetivo: reparar el daño causado a la sociedad por jóvenes que en algunos casos han cometido delitos menores, pero en otros han hecho cosas "muy graves", asegura Esposito, por lo que ofrecerles alternativas para volver a encarrilar sus vidas les proporciona una segunda oportunidad con la que dejar atrás sus errores.
Pero el mar también puede abrir una ventana a un futuro más próspero, como en el caso de Umberto, que, a pesar de ser un amante de la mecánica de las motos, que es su "trabajo soñado", es consciente de que la actividad como submarinista en la temporada estival también puede proporcionarle unos ingresos extra.
Los efectos que la criminalidad provoca en el ser humano están muy presentes en el desarrollo de este proyecto incluso en el propio barco al que se suben los jóvenes cada tarde para dar las clases, un pequeño navío utilizado por una mafia turca de trata de seres humanos y que fue entregado en custodia al Acheoclub por la Fiscalía de Ragusa (Sicilia, sur).
"En el barco, que tiene capacidad para 14 personas, los traficantes metían a más de 100", señala Esposito.
Y es que uno de los objetivos de esta iniciativa es que los jóvenes sean conscientes de los efectos que tienen sus actos en la sociedad, para lo que también dan charlas de legalidad, de reincorporación a la sociedad o de reeducación.
El próximo jueves, la 'MareNostrum' llegará a Palermo, coincidiendo con el 32 aniversario de la muerte de Giovanni Falcone, el juez que cambió para siempre la lucha contra la sanguinaria mafia siciliana, 'Cosa Nostra', y que fue asesinado por ello.
Se trata de otra actividad que pretende ahondar en las consecuencias del crimen y Umberto hablará sobre ello a los cerca de 200 jóvenes estudiantes sicilianos que ese día les recibirán en el puerto.
"Elegimos Palermo porque es, seguramente, uno de los lugares más importantes de la lucha antimafia siciliana, e incluso mundial, porque la mafia es una pobreza que tiene tentáculos en todo el mundo", sostiene Esposito.
Estos jóvenes, que no rehuyen los errores que han cometido a su temprana edad, se sumergen en lo más profundo del mar en busca de una segunda oportunidad que les ayude a encontrar un futuro próspero en el que mirarse con orgullo.
Miguel Salvatierra