Redacción Deportes (EE.UU.), 19 may (EFE).- Con una incuestionable prueba de fuerza en el Madison Square Garden, los Indiana Pacers fundieron este domingo el motor de unos New York Knicks, lastrados por los problemas físicos, y los arrollaron 109-130 en el séptimo partido de las semifinales de conferencia para citarse con los Boston Celtics en las finales del Este de la NBA.
Se repitió la historia en Nueva York. Veintinueve años después, Knicks y Pacers volvieron a jugarse la vida en el cara o cruz de un séptimo partido de 'playoffs' en el Madison Square Garden y de nuevo Indiana avanzó.
El equipo local siempre había defendido su campo en esta serie. Hasta este domingo, cuando Tyrese Haliburton dirigió con 26 puntos y seis triples la gran actuación grupal de los Pacers.
Todo el quinteto titular de Rick Carlisle acabó con dobles dígitos. Pascal Siakam y Andrew Nembhard metieron 20 puntos cada uno, Aaron Nesmith firmó 19 y el pívot Myles Turner, 17. TJ McConnell aportó doce y siete asistencias saliendo del banquillo para unos Pacers que tuvieron un brillante 67 % de acierto en tiros de campo y un 54 % en triples.
Los Knicks acabaron fundidos tras una temporada de enorme intensidad física y mental, en la que saborearon la idea de regresar a las finales del Este por primera vez desde 2000. Su líder, Jalen Brunson, el hombre que los llevó de la mano hasta este domingo, terminó retirándose por una fractura en una mano en el tercer cuarto.
Acabó su encuentro con 17 puntos y nueve asistencias, números por debajo del nivel estelar exhibido esta temporada. Josh Hart, recuperado a última hora tras un problema abdominal, lo dejó todo en el campo con diez puntos, ocho rebotes y cinco asistencias. OG Anunoby, que también jugó este partido arrastrando problemas físicos, solo pudo estar cuatro minutos en pista y metió cinco puntos.
En el banquillo, viendo a sus compañeros, estuvo Julius Randle, otro líder de los Knicks que acabó su temporada por un problema de hombro, al igual que Mitchell Robinson.
El líder anotador de los Knicks fue Donte DiVincenzo, con 39 puntos y nueve triples. Fue el último en rendirse y el Madison Square Garden le dedicó una sentida ovación. Alec Burks aportó 26 saliendo del banquillo.
Los Pacers sacudieron a los Knicks desde el primer momento con porcentajes estelares en tiros de campo que pusieron tierra de por medio de forma inmediata. Arrancaron con un 76.2 % de acierto y siete triples de nueve intentos que les abrieron el camino hacia una ventaja de quince puntos en el primer período, luego recortada a doce por los neoyorquinos.
Tyrese Haliburton, protagonista de ese empuje con catorce puntos y cuatro triples, no dejó de pisar el acelerador y los de Indiana no solo mantuvieron ese ritmo anotador, sino lo incrementaron en el segundo cuarto. Alcanzaron un extraordinario 80 % de acierto en tiros de campo y su margen alcanzó los 22 puntos en el 54-32.
Con Pascal Siakam inscrito en el festival, con quince puntos, los Pacers conectaron ocho de sus doce tiros de tres puntos. El Madison Square Garden buscaba razones de optimismo y Donte DiVincenzo llevó de la mano a unos Knicks aferrados al partido, que regresaron a los vestuarios reduciendo la desventaja a quince unidades.
El Madison Square Garden se reactivó en el tercer cuarto, cuando los Knicks sellaron un parcial de 12-0 que les permitió colocarse a tan solo siete puntos de los Pacers.
Los Knicks creyeron por momentos poder firmar una hazaña épica, pero tras un descomunal esfuerzo para remontar, llegó el cortocircuito.
Unos errores de concentración, como el saque de Hartenstein para Brunson que llevó al robo y al dos más uno de los Pacers, acabaron pasando factura a los Knicks.
Los Pacers sellaron un 8-0 que volvió a disparar su ventaja hasta los 18 puntos, un golpe del que los Knicks no pudieron levantarse.
Por si fuera poco, con 3.02 minutos por jugar en el tercer cuarto, Brunson se retiró con molestias en una mano y los exámenes a los que se sometió en los vestuarios detectaron una fractura.
Con el líder de su temporada KO, los Knicks vieron desvanecer el sueño de clasificarse a las finales del Este, que comenzarán este martes en el TD Garden de Boston entre Celtics y Pacers.
Andrea Montolivo
Chicago (EE.UU.), 19 may (EFE).- Tom Thibodeau, técnico de los New York Knicks, lamentó este domingo la derrota por 109-130 sufrida en casa contra los Indiana Pacers que dejó a su equipo fuera de los 'playoffs' de la NBA en las semifinales del Este y consideró que a sus jugadores no les "quedaba nada más por dar".
"Los chicos lo dieron todo, es todo lo que puedo pedir. Ha sido una batalla todo el año y no nos quedaba nada más por dar", dijo Thibodeau en la rueda de prensa posterior al partido del Madison Square Garden.
Los Knicks se despidieron de los 'playoffs' tras una gran temporada, en la que acabaron segundos en el Este en la etapa regular y en la que llegaron a un partido de las finales del Este. Se quedaron cortos y siguen sin llegar a esa ronda desde 2000.
Pagaron el enorme desgaste de energías. Josh Hart llegó al partido con problemas en los abdominales, OG Anunoby solo pudo jugar cinco minutos este domingo por molestias musculares y Jalen Brunson acabó fracturándose una mano en el tercer período.
"Es una lástima, odias ver tantas lesiones. Josh, OG intentaron darnos todo lo que tenían. Los chicos respondieron todo el año. Lo siento por no jugar más, pero fueron un gran grupo y lo dieron todo", aseguró.
"Lo único que puedes pedir es esfuerzo máximo. Y lo hemos tenido. Sabemos que lo hemos dado todo", agregó.