José Ortega Cano volvió a los ruedos este sábado, en Villanueva de la Fuente, en Ciudad Real, con motivo de su 50º aniversario como torero. Una tarde de lo más especial en la que el diestro contó con el apoyo incondicional de su hermana Mari Carmen, Aniceto, Marina y su hijo José María Ortega Aldón. A su llegada pudimos hablar con él y nos confesaba que la alegría que sentía porque su hijo le viese torear: "Me da mucha alegría, porque están también mi hermana Mari Carmen, Aniceto, y todos son amigos, todos los toreros somos amigos. Y muy bien, muy bien. Ojalá que los novillos, pues, sean buenos, que podamos disfrutar y que la gente también". Cuando le preguntábamos si se considera que una leyenda del mundo del toro, nos aseguraba con orgullo que sí: "Bueno... Hombre, no es por... Pero vamos, sí, soy una leyenda ya del mundo de los toros y de otros hábitos, ¿no?, de otras cosas. Y muy contento, muy satisfecho de lo que estoy haciendo". Sin embargo, quiso dejar claro que esta participación en el festival "no es una vuelta, ¿eh?", simplemente "los toreros somos así, ¿no? Hay veces que a lo mejor, pues, no tienes el ánimo para... y otras veces, como el caso de hoy, pues me hace mucha ilusión vestirme de corto, de traje campero, y ponerme delante de un animal y que, bueno... Más que nada para que uno disfrute con cualquier cosa que haga, ¿no?". Una vez finalizado el festival taurino, Ortega nos explicaba que ha echado de menos a sus hijos mayores: "Sí, sí, bueno, los he pensado mucho, los he pensado mucho, pero estaré pronto con ellos" y nos desvelaba que Gloria "está muy bien" tras su operación de pecho. Sobre esta experiencia de regreso a los ruedos, nos comentó que está "muy contento, muy contento porque la gente es maravillosa, da gusto estar con la gente, con todos ustedes. Siento mucha alegría, ¿no? me siento muy a gusto y muy feliz".