La UNRWA asegura que mantendrá a su personal a pesar del cierre de la oficina en Jerusalén Este

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La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) ha asegurado este viernes que su personal "no irá a ninguna parte" y que "su trabajo vital continuará" en Gaza y Cisjordania, a pesar del cierre forzoso de su oficina en Jerusalén Este después de que residentes israelíes prendieran fuego al perímetro de la misma. "(El cierre) complica nuestro funcionamiento en un momento en el que, por supuesto, deberíamos estar plenamente centrados en los niveles de violencia sin precedentes en Cisjordania y, huelga decirlo, en el enorme nivel de crisis humanitaria sin precedentes en la Franja de Gaza", ha denunciado el Director de Comunicaciones de la UNRWA, Jonathan Fowler. Sin embargo, ha explicado, el personal no se verá disuadido de llevar a cabo su trabajo puesto que, como con la pandemia de la COVID-19, trabajará desde casa u otros lugares. Fowler ha destacado la "pasión" y el "orgullo" con el que los trabajadores de la Agencia desempeñan su labor, que nace con el mandato establecido hace casi 75 años por la Asamblea General de la ONU, de proporcionar servicios a los refugiados palestinos, que incluyen asistencia sanitaria, educación y apoyo social. "Hasta que ese mandato deje de existir, no nos iremos a ninguna parte, digan lo que digan", ha asegurado. Además, el funcionario ha denunciado que Israel no está garantizando la debida protección de las instalaciones de Naciones Unidas --a pesar de que le corresponde como potencia ocupante-- como parte de una "campaña más amplia para socavar la UNRWA", como con el uso del 'lawfare' "para tratar de argumentar que legalmente no tenemos derecho a estar en nuestros recintos". Desde hace dos meses vienen celebrándose protestas frente al recinto de la Agencia hasta llegar a un punto crítico la noche del jueves cuando residentes israelíes encendieron fuego en dos puntos del perímetro del recinto. "Los colegas que fueron a apagarlo, para evitar que se propagara, fueron tratados a pedradas por grupos de jóvenes que se habían reunido en la calle de enfrente", ha relatado Fowles, que se encontraba en el edificio durante el incendio. Dos días antes, los manifestantes "empezaron a coger palos de madera y piedras y a dar golpes contra la puerta", ha recordado Fowles, quien ha asegurado que "la policía estaba allí en un segundo plano". "Hay una sensación de que este tipo de comportamiento ha sido alentado y alentado por la retórica incendiaria", ha declarado. "Así, pasamos de la retórica incendiaria a las llamas reales en el espacio de unos pocos días". En los últimos meses el personal de la ONU ha sido objeto de acoso e intimidación de forma regular, el edificio ha sido "gravemente destrozado y dañado" y en varias ocasiones "los extremistas israelíes han amenazado" al personal con armas de fuego, aseguró entonces el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini.

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