La Habana, 1 may (EFE).- El derrumbe del poder adquisitivo de los casi tres millones de trabajadores estatales en Cuba, debido a la depreciación sin fin del peso y a una persistente inflación, no aparece este miércoles en las pancartas de las marchas del Primero de Mayo.
El drama de los sueldos estatales, que afecta a más de dos tercios de la población empleada, no tiene cabida en una fecha concebida desde el oficialismo no como cita para la reivindicación, sino como día de celebración en el país socialista.
Antuhan, un veinteañero de La Habana que se dedica a la reventa informal de electrodomésticos, lo tiene claro: "Yo no tengo tiempo para un trabajo estatal. Yo tengo que llevar dinero a la casa para mi madre, que no puede trabajar, y para mi hermano pequeño", dice a EFE.
Las cifras hablan también de forma elocuente. El salario mínimo en Cuba es de 2.100 pesos mensuales y el salario medio alcanzó el año pasado los 4.648 pesos, según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Así, unas recientes ofertas de empleo del Museo Nacional de Bellas Artes buscaban un jefe de Departamento de Economía y Finanzas por 5.810 pesos mensuales y un auxiliar general de Servicios, por 2.300 pesos.
El problema es que un cartón de 30 huevos cuesta unos 3.000 pesos, un litro de leche 2.300 y el kilo de carne de cerdo supera los 1.300 pesos.
El economista cubano Omar Everleny Pérez, profesor en la Universidad de La Habana, estimó este febrero que una pareja precisa 19.975 pesos al mes para adquirir una canasta de 17 productos básicos (incluyendo los subvencionados por la cartilla de racionamiento).
Este cálculo, "muy conservador" -pues se basa en cifras oficiales- y que sólo incluye "el mínimo necesario para la subsistencia", según su autor- no contempla otros gastos, como vivienda, transporte, agua y electricidad, ropa, educación o medicinas.
"El primer problema que tiene un trabajador en Cuba es que los salarios no compensan el costo de la vida", asegura a EFE Pérez. "Ni siquiera podemos hablar de la palabra salario porque no tienen ningún poder adquisitivo", agrega.
La primera causa del deterioro del poder adquisitivo es la inflación. El índice de precios al consumo (IPC) interanual del mercado formal se situó en marzo en el 32,08 %, según la ONEI, tras el 77,33 % de 2021, el 39,07 de 2022 y el 31,34 % de 2023.
Los expertos coinciden en señalar que la inflación en el más surtido y extendido mercado informal, donde se venden la mayoría de los huevos y las lavadoras de Antuhan, podría alcanzar los tres dígitos.
Luego está la depreciación de la moneda nacional (en el mercado informal, porque la tasa de cambio oficial permanece fija desde mediados de 2022). Si el dólar estadounidense se cambiaba a 24 pesos a inicios de 2021 su cotización actual oscila entre 372 y 380 pesos, según cinco índices de elaboración privada.
Este derrumbe, unido al hecho de que Cuba importa el 80 % de lo que consume -según Naciones Unidas-, hace que los precios se hayan disparado y que los salarios no alcancen.
El economista cubano y profesor en la Universidad Americana de Washington Ricardo Torres estima que el salario medio real actual es apenas dos tercios del de 1989 y que, computando la inflación de esos 34 años, apenas supondría ahora 125 pesos.
"Aunque los dos adultos (de una familia) tengan un empleo a tiempo completo y hayan completado la educación superior pueden ser incapaces de cubrir incluso algunas necesidades básicas. Esos puestos de trabajo no permiten acceder a un nivel de vida decoroso y no son fuente de movilidad social ascendente", asegura a EFE.
Con esta "lamentable situación" y en un entorno de "visible deterioro" de los servicios públicos "no es raro que se observen niveles récords de emigración o traspaso hacia el sector privado", agrega Torres.
La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los errores en la política económica nacional han agravado los problemas estructurales de Cuba, que lleva cuatro años sumida en una grave crisis.
El Gobierno cubano ha puesto en marcha un severo plan de ajuste que pretende atajar las grandes distorsiones de la economía, pero muchos expertos creen que atizará más la inflación y no reducirá las importaciones.
EFE ha solicitado entrevistas con varios representantes del Ejecutivo para que lo expliquen, sin haber obtenido respuesta hasta el momento.
Juan Palop