La biodiversidad global ha disminuido entre un 2% y un 11% durante el siglo XX debido únicamente al cambio de uso de la tierra, según un gran estudio multimodelo publicado en 'Science'. Las proyecciones muestran que el cambio climático podría convertirse en el principal impulsor de la disminución de la biodiversidad a mediados del siglo XXI. Se trata de las conclusiones de un análisis dirigido por el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg (Alemania), con contribuciones de investigadores del Programa de Biodiversidad y Recursos Naturales del IIASA, y es el estudio de modelización más grande de su tipo realizado hasta ahora. Los investigadores compararon trece modelos para evaluar el impacto del cambio de uso de la tierra y el cambio climático en cuatro métricas distintas de biodiversidad, así como en nueve servicios ecosistémicos. En concreto, los investigadores plantean que el cambio de uso de la tierra se considera el mayor impulsor del cambio de biodiversidad, según la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Sin embargo, los científicos están divididos sobre cuánto ha cambiado la biodiversidad en las últimas décadas. Para responder mejor a esta pregunta, un equipo internacional de investigadores modeló los impactos del cambio de uso de la tierra en la biodiversidad durante el siglo XX. Así, descubrieron que la biodiversidad global puede haber disminuido entre un 2% y un 11% debido únicamente al cambio de uso de la tierra. Este tramo cubre una gama de cuatro métricas de biodiversidad calculadas mediante siete modelos diferentes. "Al incluir todas las regiones del mundo en nuestro modelo, pudimos llenar muchos puntos ciegos y abordar las críticas a otros enfoques que trabajan con datos fragmentados y potencialmente sesgados", expone en un comunicado el primer autor Henrique Pereira, jefe del grupo de investigación en iDiv y MLU. "Cada enfoque tiene sus ventajas y desventajas. Creemos que nuestro enfoque de modelado proporciona la estimación más completa de las tendencias de la biodiversidad en todo el mundo", dice. Utilizando otro conjunto de cinco modelos, los investigadores calcularon el impacto simultáneo del cambio de uso de la tierra en los llamados servicios ecosistémicos, es decir, los beneficios que la naturaleza proporciona a los humanos. En el siglo pasado, encontraron un aumento masivo en el aprovisionamiento de servicios ecosistémicos, como la producción de alimentos y madera. Por el contrario, la regulación de los servicios ecosistémicos, como la polinización, la retención de nitrógeno o el secuestro de carbono, disminuyó moderadamente. Los investigadores también examinaron cómo podrían evolucionar en el futuro la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. Para estas proyecciones, agregaron a sus cálculos el cambio climático como un impulsor del cambio de biodiversidad. "Descubrimos que el cambio climático representa una amenaza inminente para la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas. Si bien el cambio de uso de la tierra ha sido históricamente un factor importante, nuestros hallazgos indican que el cambio climático podría superarlo como el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad a mediados de siglo", explica el coautor del estudio e investigador del Grupo de Investigación de Futuros de la Biosfera Integrada del IIASA, David Leclère. . El equipo evaluó tres escenarios comúnmente utilizados, que van desde el desarrollo sostenible hasta las altas emisiones, y descubrió que, independientemente del escenario, los efectos combinados del cambio de uso de la tierra y el cambio climático conducen a la pérdida de biodiversidad en todas las regiones del mundo. Si bien la tendencia general a la baja es constante, existen variaciones considerables entre las regiones, modelos y escenarios del mundo. Los autores señalan que el propósito de los escenarios a largo plazo no es predecir lo que sucederá, sino comprender las alternativas y, por lo tanto, evitar las trayectorias que podrían ser menos deseables y seleccionar aquellas que tengan resultados positivos. Las trayectorias dependen de las políticas elegidas y estas decisiones se toman día a día. "Nuestro análisis muestra que se necesita un enfoque verdaderamente integrado que considere las diferentes dimensiones de la sostenibilidad en un marco coherente para reducir los conflictos entre políticas y salvaguardar la biodiversidad en las próximas décadas. Por ejemplo, si bien el despliegue de bioenergía sigue siendo un elemento crítico en la mayoría de los escenarios de estabilización climática, también representa una amenaza para los hábitats de las especies", señala Petr Havlík, director del Programa de Biodiversidad y Recursos Naturales del IIASA, uno de los coautores del estudio. "Dados los efectos negativos potencialmente sinérgicos del uso de la tierra y el cambio climático sobre la biodiversidad, nuestros hallazgos sugieren que los esfuerzos de conservación y restauración deben priorizarse a nivel mundial como soluciones climáticas naturales necesarias. Esto subraya la importancia de implementar de manera efectiva objetivos de conservación basados en áreas para la planificación integrada, la restauración ecológica y las áreas protegidas bajo el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal", finaliza Piero Visconti, coautor del estudio y líder del Grupo de Investigación sobre Biodiversidad, Ecología y Conservación en IIASA. De esta forma, los autores concluyen que evaluar los impactos de políticas concretas sobre la biodiversidad ayuda a identificar aquellas políticas más efectivas para salvaguardar y promover la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Si bien existen incertidumbres en los modelos, los hallazgos muestran claramente que las políticas actuales son insuficientes para cumplir los objetivos internacionales de biodiversidad, enfatizando la necesidad de esfuerzos renovados para avanzar contra uno de los mayores problemas del mundo: el cambio de biodiversidad causado por el hombre.