Lisboa, 25 abr (EFE).- La columna de vehículos militares que recorrió Lisboa el 25 de abril de 1974 y provocó la caída de la dictadura salazarista repitió este jueves el mismo trayecto para rememorar el 50 aniversario de esa hazaña, en esta ocasión en un ambiente festivo y rodeada por miles de personas.
La caravana estaba compuesta por quince automóviles conducidos por los propios 'capitanes de abril' -como se llamó a los militares que se sublevaron-, e incluía modelos como los blindados Panhard EBR, Panhard AML, Humber MKIV y Chaimite V200, así como vehículos de transporte de tropas, un todoterreno y una ambulancia, entre otros.
Como parte de la recreación, los soldados partieron anoche de la localidad de Santarém (unos 80 kilómetros al norte de Lisboa) en dirección a la capital y llegaron hoy sobre las 10.00 hora local (9.00 hora GMT) a la céntrica Praça do Comércio.
Allí participaron primero en una ceremonia militar presidida por el jefe de Estado luso, Marcelo Rebelo de Sousa, y se quedaron después en el lugar para interactuar durante varias horas con las miles de personas presentes en la plaza, muchas de ellas con claveles, en alusión a las flores que colocaron los militares en el cañón de sus fusiles el 25 de abril de 1974.
Así, los blindados, todoterrenos y camiones que cargaron a soldados durante tantos años pasaron a ser comandados por niños, padres y abuelos, que hacían largas colas para subirse.
Abundaban las cámaras fotográficas y los teléfonos, todas apuntando a los vehículos para inmortalizar el momento.
También fueron protagonistas los cerca de 100 'capitanes de abril' que estuvieron este jueves en la Praça do Comércio y que pudieron charlar con la población sobre aquel histórico día, al tiempo que recibían constantes aplausos.
Entre las miles de personas del público se encontraba Hugo Barreiros, de 66 años, que llevó a sus nietos a esta recreación para explicarles la historia de Portugal y para que pudieran subirse a algunos de los automóviles, que él mismo llegó a usar durante su formación militar cuando era joven.
"Yo también hice mi formación militar con algunos de ellos (los vehículos). Es recordar el pasado", aseguró en declaraciones a EFE.
A pocos metros de distancia, estaban Mariana y Daniela Ruivo, de 13 y 14 años, respectivamente, que se acercaron con su familia con la esperanza de subirse a ellos.
"Me gustó, fue guay", afirmó Daniela, quien lamentó no haber logrado entrar en ninguno de los vehículos por llegar demasiado tarde.
En esta festividad portuguesa no solo se escuchaba la lengua de Camões, ya que muchos asistentes eran extranjeros que se quisieron sumar a las festividades.
Fácilmente identificables por la bandera española republicana que portaban, un grupo de cerca de una decena de personas liderado por Rosa Cordeiro, lusodescendiente y residente en Madrid, charlaba animadamente.
"Mi padre era de aquí. Tengo cierta conexión con Portugal y quise invitar a amigos de Madrid para que vinieran también a vivir este día importante en Portugal, y nos ha encantado", dijo a EFE.
El grupo, que se encuentra en el país específicamente para celebrar el 50 aniversario de la revolución lusa, planea participar en el mayor número de actos conmemorativos del 50 aniversario de la revolución en los cinco días.
"Miramos con mucha envidia estas celebraciones que se hacen en Portugal", añadió Cordeiro, quien defendió que España, que salió de la dictadura del militar Francisco Franco en 1975, también debería organizar celebraciones populares a gran escala para recordar la llegada de su democracia.
Sobre el mediodía, los vehículos volvieron a ponerse en movimiento, esta vez hacia el Quartel do Carmo (también en la capital), donde hace 50 años se refugió el jefe de la dictadura, Marcelo Caetano, que acabó rindiéndose ese mismo día.
Carlota Ciudad