Las candidaturas ficticias y 'Telemeloni' protagonizan campaña para las europeas en Italia

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Marta Rullán

Roma, 25 abr (EFE).- El uso de los medios públicos por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, acusada de convertir la RAI en 'Telemeloni', y las candidaturas ficticias de los principales líderes políticos, que se presentan a las europeas sabiendo que no acudirán a la Eurocámara, protagonizan el inicio de la campaña en Italia.

La líder ultraderechista, que anunciará en breve su candidatura, como lleva meses sugiriendo y como ya ha hecho la de la oposición, la progresista Elly Schlein, se encuentra en el ojo del huracán por lo que sus rivales consideran un abuso de los medios públicos y en particular de la RAI.

Schlein, mientras, intenta superar el daño de los mediáticos escándalos de corrupción político-mafiosa en los que se han visto implicados exponentes del Partido Demócrata (PD) en Apulia (sur) y Piamonte (norte), que ya le ha costado la ruptura electoral con el Movimiento 5 Estrellas (M5S).

El escritor Antonio Scurati, autor de una monumental tetralogía sobre Benito Mussolini y uno de los intelectuales más aclamados del país, protagoniza la última polémica sobre Meloni y la RAI, después de que la dirección de la cadena vetara su monólogo sobre la fiesta del 25 de abril por la liberación de Italia del nazi-fascismo.

"La izquierda grita al régimen, la RAI responde que simplemente se ha negado a pagar 1.800 euros (el salario mensual de muchos empleados) por un minuto de monólogo", escribió Meloni en Facebook junto al texto de Scurati, que le respondió: "Eso, señor presidente, es violencia. No física, por supuesto, pero siempre violencia. ¿Es el precio que se tiene que pagar hoy en su Italia por haber expresado el propio pensamiento?".

Alberto Vannucci, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Pisa, explica a EFE que en Italia siempre ha habido un control político de los medios públicos, y en particular de la RAI, por las fuerzas que se turnaban en el Gobierno, con un acuerdo tácito por el que la oposición se garantizaba un espacio interno.

"La tendencia ahora es ocupar todos los canales sin dejar espacio a la minoría con 'Telemeloni', que es un apelativo simplista pero da cuenta del cambio", afirma.

El de Scurati es el último de varios casos en los que Meloni ha sido acusada de censura o de utilizar los medios públicos en su beneficio, como la marcha de la RAI del periodista Fabio Fazio, tras cuatro exitosas décadas en la cadena pública, o la modificación del reglamento de intervenciones en campaña electoral, que acaba con el límite de tiempo de las intervenciones televisivas de políticos con cargos institucionales.

La izquierda ve en esto un "presidio militar de los espacios de comunicación" que explica que "figuras como Fazio tiendan a evitarlo" y que haya "preocupación por si se trata del primer paso en el camino de la involución autoritaria", mientras que la derecha y su electorado lo consideran "una compensación por los largos años en los que el pensamiento de la extrema derecha fue marginado, aislado, silenciado".

 A la espera de que Meloni anuncie su candidatura a las europeas, ya lo han hecho pesos pesados de la política italiana como su vicepresidente Antonio Tajani, líder de la conservadora Forza Italia; Schlein, la líder de la oposición, o el ex primer ministro Matteo Renzi, que ahora encabeza la centrista Italia Viva.

Las europeas "son percibidas por los partidos como una competición para tener más fuerza en la negociación política italiana" y ahí los nombres cuentan, pero también "dan una idea de la escasa seriedad de su europeísmo" y de la "baja opinión que tienen los líderes de sus electores", explica Vannucci.

Y los europeístas italianos lo consideran una "burla" a los votantes: "Se les pide que voten por una persona que no irá a Bruselas si gana. Son heridas a la democracia que cavan un foso. Este razonamiento se aplica a Meloni, Schlein, Tajani y todos los líderes que se postulan: no es una forma de apoyar la democracia", dice el expresidente de la Comisión Europea Romano Prodi, uno de los grandes políticos del país.

El tercer elemento que se ha colado en los inicios de la campaña es la corrupción político-mafiosa que implica, en particular, a exponentes del PD.

"En Italia solo se habla de corrupción cuando hay escándalos judiciales con arrestos de exponentes políticos", dice Vannucci, que destaca que "la posible disolución del Ayuntamiento de Bari por infiltración mafiosa coincide con una investigación a políticos por la recogida de votos por clanes mafiosos locales".

Y antes hechos tan graves no parece que el "código ético" impulsado por Schlein sea suficiente salvavidas. EFE

mr/ah

(foto)

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