Por Rostyslav Averchuk
Leópolis (Ucrania), 24 abr (EFE).- El Ejército ucraniano se enfrenta a una intensa presión de las tropas rusas en el este, donde las fuerzas del Kremlin intentan explotar su ventaja antes de que los socios de Ucrania entreguen las armas y municiones que tanto necesita el país.
Pese a sufrir numerosas bajas, los rusos han logrado avanzar en Ocheretine, en la región de Donetsk (este) y tratan de profundizar la cuña que han conseguido abrir, según los analistas militares.
Al mismo tiempo, aunque admiten sus crecientes dificultades, los oficiales del Ejército ucraniano subrayan que la situación sigue estando "bajo control".
La situación se ha vuelto "más complicada" en los últimos días, en los que Rusia no ha cejado en sus intentos de alcanzar el límite de la región de Donetsk, dijo a EFE el teniente coronel Nazar Voloshin, portavoz del grupo de fuerzas operativo-estratégico 'Jortitsia'.
"El Ejército enemigo sigue asaltando las posiciones de nuestros defensores con artillería, tanques y drones de varios tipos y también utiliza la aviación", explicó.
Según Voloshin, en las últimas 24 horas los rusos duplicaron hasta 146 los ataques de artillería contra la localidad de Chásiv Yar, empleando, entre otras, municiones de fabricación china y norcoreana.
"El Ejército ruso está intentando tomar la ciudad sin tener en cuenta las pérdidas de personal y de equipos", afirmó.
En su opinión, Rusia ha perdido en el este en la última semana casi 5.000 soldados, 50 tanques y casi un centenar de vehículos blindados. "Nuestras barreras antiminas y drones kamikaze han desempeñado un papel importante", subrayó.
El pueblo de Ocheretine, a 25 kilómetros al noroeste de Avdiivka, ha sido otro objetivo de las tropas rusas, que están intentando "establecerse" en su parte sur, afirmó Voloshin.
Pese a sus elevadas pérdidas, Rusia ha sido capaz de avanzar en la zona de Ocheretine prácticamente a diario, dijo a EFE Roman Pogorili, cofundador y analista de la plataforma de análisis ucraniana 'DeepStateUA'.
"Tras hallar un punto débil, han lanzado contra él una cantidad colosal de infantería. Ya han tomado Novobajmutivka, están a punto de hacerse con el control total de Ocheretine y están avanzando en Novokalinove", explicó Pogorili.
Rusia está acumulando reservas e intentará aprovechar el tiempo que queda hasta que lleguen más armas de los aliados de Ucrania, opinó el analista. Sin embargo, sus ataques se han mantenido todo este tiempo de forma incesante, con Kiev necesitada constantemente de ayuda militar por parte de sus socios.
"Nuestros defensores han estado luchando día y noche para repeler al enemigo y mantener la línea de frente actual", afirmó.
El carácter discontinuo de la asistencia militar ha limitado la capacidad de infligir pérdidas a Rusia, señaló Pogorili.
Tras perder grandes cantidades de equipos en algunas zonas, los rusos han sido capaces de reagruparse e intensificar la presión en otras partes del frente, explicó.
La conquista de Chásiv Yar podría abrir a Rusia el camino hacia las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, los principales núcleos bajo control ucraniano en la región.
Según el analista militar Kostiantin Mashovets, es posible que Rusia esté intentando abrumar a las defensas ucranianas allí a través de un ataque frontal.
Por una parte, el control de Ucrania sobre las elevaciones del terreno y los obstáculos naturales dificultan a las tropas rusas la tarea de rodear Chásiv Yar pero, por otro lado, las fuerzas de Kiev sufren una aguda falta de munición y disponen de menos efectivos.
A consecuencia de ello, las tropas rusas han alcanzado el punto más vulnerable de las defensas, en el que un canal que sirve de obstáculo natural queda soterrado a lo largo de un kilómetro, señaló Mashovets en sus redes sociales.
Otra ciudad importante, Pokrovsk, también puede verse amenazada por los rusos, que según advierte Mashovets han concentrado en la zona de Ocheretine tres veces más efectivos y equipos que los ucranianos.
No obstante, las tropas rusas se enfrentan a una fuerte resistencia en las cercanas Keramik, Berdichi y Umanske. También es posible que pierdan equipos bélicos a un ritmo mucho más rápido del que emplean en reemplazarlos, subrayó el analista.