Madrid, 22 abr (EFE).- Costa Rica y Nicaragua mantienen una "magnífica" relación de frontera, con un interés mutuo en un correcto flujo migratorio, aduanero o de control fitosanitario, según afirmó este lunes el canciller costarricense, Arnoldo André Tinoco, quien precisó que sin embargo no están de acuerdo en el sistema de protección de derechos humanos.
"Incluso tenemos operaciones marítimas conjuntas a nivel técnico fronterizo, pero Costa Rica ha sido clara, y lo seguirá siendo, denunciando las limitaciones a los derechos humanos en los países que no los están respetando", explicó Tinoco en la Tribuna EFE-Casa de América celebrada en Madrid con motivo de su visita a España.
En esa protección "amplia y completa de los derechos humanos", el canciller situó el refugio que su país ofrece a los migrantes nicaragüenses, aunque "no todos son refugiados políticos, muchos son económicos".
"De los 5,2 millones de habitantes de Costa Rica, un millón son migrantes relativamente recientes. Un 20% de los nacimientos son de madres nicaragüenses y un 20% de los presos son de origen nicaragüense", indicó.
La presencia de los ciudadanos de Nicaragua en el país " tiene un impacto de costo, pero también uno relativo de beneficio, por un lado se recargan nuestros sistemas de educación, salud y seguridad, y por eso hemos tenido que buscar apoyo internacional financiero, para que nos ayuden a solventar esta situación de presión sobre nuestros sistemas de servicio público".
"Pero por otro lado, se integran en las cadenas de producción y nos aportan", reconoció.
El canciller precisó que al Gobierno costarricense no solo le preocupa la situación en Nicaragua, también en Venezuela y Cuba, "incluyendo diferencias importantes a nivel de política exterior regional, ya que esos tres países intensifican sus relaciones al más alto nivel con Irán, Rusia y China".
"Y ahí nos diferenciamos unos países de otros, lo que provoca en organismos internacionales discusiones vivas sobre algunas resoluciones de temas álgidos, incluyendo la guerra en Ucrania o en Gaza". dijo.
Pero también hay fricciones -prosiguió- entre México y Ecuador, a raíz del "incidente" en la embajada mexicana en Quito; entre Colombia y Ecuador, "por el difícil reconocimiento que han hecho Colombia y México de la legitimidad de la presidenta de Perú, Dina Boluarte".
"Y visiones distintas respecto a la migración con el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien no cree en los controles en el continente", y "entonces si se reflejan en los organismos multilaterales, dos bloques distintos de pensamiento", concluyó, en referencia a la polarización que vive la región.