Beatriz Arslanián
Ereván, 17 abr (EFE).- "Si te humillas para evitar la guerra, tendrás humillación y también guerra", recuerda el líder de la milicia armenia Hermandad Militar, Hovsép Gazarián, al hablar de la amenaza que planea sobre Armenia debido a las últimas reclamaciones territoriales de Azerbaiyán.
"Los hechos demuestran que Azerbaiyán no está listo para la paz y, mientras te vea dispuesto a ceder, reclamará más", declaró a EFE Gazarián en un polígono donde su batallón instruye a los armenios que temen un nuevo ataque del país vecino.
Recuerda que la última demanda de Bakú gira ahora en torno a cuatro aldeas de la región de Tavush, en el noreste de Armenia, que el poder soviético entregó a Azerbaiyán y que fueron recuperados por los armenios hace más de 30 años, coincidiendo con la caída de la URSS y la primera guerra a gran escala entre Ereván y Bakú.
Pero antes de que el país vecino presentara nuevas demandas territoriales, los armenios tuvieron que hacer concesiones en aras de la paz sin que esa actitud acercara el objetivo anhelado, según el líder de Hermandad Militar.
"Primero, nos convencían de que había que ceder Kelbajar y Lachín (fuera de la región de Nagorno Karabaj) para que hubiera paz, luego Agavno y Karagluj (dentro de Nagorno Karabaj), y luego el propio Karabaj", recuerda.
En vista de la negativa de los vecinos de las aldeas que están ahora en el punto de mira de Azerbaiyán de marcharse de esos territorios, Hermandad Militar empezó a entrenarlos para que sean capaces de defender sus casas llegado el momento.
"Decidimos mejorar el nivel de defensa del pueblo transmitiendo nuestra experiencia militar, ya que ellos soportarán el primer golpe", explica Gazarián.
El entrenamiento corre a cargo de los miembros de la Hermandad, la mayoría de ellos combatientes voluntarios durante la guerra de Nagorno Karabaj de 2020.
"Si hace falta, seremos los últimos combatientes de la Patria (...) los últimos soldados en las trincheras", asegura a EFE durante el descanso de uno de los cursos organizados para la población.
Una de las aldeas en cuestión es Voskepar, con cerca de medio millar de habitantes, la mayoría entrada en años, que comparten la preocupación por el destino del pueblo.
Los hombres suelen reunirse en la plaza del pueblo a discutir sobre sus próximos pasos.
El jefe del distrito, Ishján Aghbalián, se refirió estos días a la posibilidad de que el pueblo quede aislado del resto del país si entran los azerbaiyanos.
"Somos gente pacífica, pero todos estamos dispuestos a empuñar las armas si es necesario", aseguró.
Por su parte, el arzobispo de la Diócesis de Tavush, Bagrat Galstián, lidera una comisión que hace campaña contra la concesión de nuevas tierras al enemigo.
El religioso hace oídos sordos a las acusaciones de las autoridades sobre su injerencia en la política, pero con frecuencia organiza movilizaciones y misas en la iglesia del pueblo.
"Nuestro movimiento es en nombre de la patria, Dios, la verdad y la justicia. Sin estos principios, no hay paz ni valores reales", asegura.
Por su parte, la parlamentaria del partido opositor Alianza Armenia, Kristiné Vardanián, se reunió con habitantes de Tavush y calificó su ánimo como "crisis de confianza" en el Gobierno.
La diputada opositora acusó a las autoridades centrales de evitar dar respuestas claras a los interrogantes de los residentes.
"La población no cree que las concesiones unilaterales puedan prevenir una posible guerra, no percibe lo que gana Armenia destruyendo la parte más fuerte de su línea de frente", aseveró.
Sin embargo, los representantes del gobierno armenio aseguran que no hay un consenso final en torno al tema.
El parlamentario oficialista, Vilen Gabrielián, no descarta que la demarcación de la frontera, una tarea pendiente entre Armenia y Azerbaiyán desde la caída de la URSS (1991), comience desde esa región, pero denuncia la difusión de desinformación a gran escala entre la población local.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, también aludió al aumento de especulaciones sobre la supuesta cesión de territorios a Azerbaiyán y aseguró que lo prioritario ahora es ponerse de acuerdo sobre los mapas en los que se basarán Ereván y Bakú para delimitar su frontera.
El jefe del Ejecutivo armenio negó planes de ceder territorios y aseguró que ninguno de los mapas armenios del pasado, tanto de tiempos soviéticos, como de la independencia, incluyen los nombres de los pueblos reclamados por Azerbaiyán. EFE
ba-mos/rml
(foto) (vídeo)