Quito, 12 abr (EFE).- Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador (2013-2017) durante el mandato presidencial de Rafael Correa, relató en un video cómo vivió su detención en la Embajada de México, que fue asaltada por la Policía ecuatoriana para capturarlo después de que el Gobierno mexicano le hubiese dado asilo.
En un video publicado el pasado miércoles por su abogada Sonia Vera, en la red social X, Glas dijo que al momento de su detención, cuando lo sometieron los policías, hubo una segunda filmación tras una primera en la que le leyeron los derechos.
"Me sientan, yo estaba todo apaleado y me ponen nuevamente a leerme los derechos (...) y me sientan ahí y yo me desvanezco, y todavía me dice (el policía): 'Párese, párese' y yo trataba de pararme, pero no podía por la paliza que me habían dado", relató.
Según el exvicepresidente de Correa y de inicios del Gobierno de Lenín Moreno (2017-2021), "hay dos videos: el verdadero cuando me bajaron del carro, así todo torturado guindado de los pulgares, como en la época de la dictadura, y este segundo video", dice antes de recordar que el Gobierno mexicano difundió un video de los interiores de la Embajada el día de la incursión policial.
Al final del video, Glas sostiene que no claudicará.
Este viernes un tribunal de Ecuador debe dirimir sobre el recurso de habeas corpus interpuesto para anular la detención de Glas, en cuya audiencia celebrada el jueves denunció con más detalle haber sido víctima de presuntas torturas.
Glas aseguró que los policías que lo atraparon le propinaron una paliza con puntapiés, rodillazos y otros golpes, e incluso que le llegaron a dislocar presuntamente dos dedos de las manos y que lo sometieron a tratos degradantes al sacarlo esposado y cargado con los brazos atrás para infligirle supuestamente más dolor.
El exvicepresidente narró que en el momento de su detención dentro de la Embajada de México ningún policía se identificó ni le explicó el motivo por el que estaba siendo arrestado, pues los derechos como detenido se los leyeron una vez que llegó a las instalaciones de la Unidad de Flagrancia.
A pesar de que los agentes que ingresaron a la Embajada llevaban los rostros cubiertos, Glas afirmó haber reconocido al comandante del grupo de intervención y rescate (GIR), una división de fuerzas especiales de la Policía ecuatoriana.
"Nunca voy a olvidar los ojos de mis torturadores", afirmó Glas cuando se le preguntó cómo pudo haber reconocido al comandante si, según dijo, todos llevaban los rostros cubiertos.
Glas se encontraba en la Embajada de México en Quito desde el 17 de diciembre de 2023, cuando ingresó para solicitar asilo al declararse un perseguido político y víctima de 'lawfare' (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos).
Sobre Glas pesaba una orden de reingreso en prisión por el caso de las obras de reconstrucción tras el fuerte terremoto de 2016, donde está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos).
También debía volver a prisión para terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel, fruto de dos condenas por cohecho en el caso Sobornos, donde también fue sentenciado Correa; y por asociación ilícita en el caso Odebrecht, de las que ya había purgado cerca de cinco años entre 2017 y 2022.
Tras el asalto a su sede diplomática en Quito, el Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, rompió relaciones con Ecuador y lo denunció ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por considerar que violó el derecho internacional y su soberanía.