Bangkok, 10 abr (EFE).- El Ejército de Birmania (Myanmar) ha iniciado los primeros entrenamientos para los reclutas incorporados a filas tras reactivar este mes la imposición del servicio militar a hombres y mujeres, tras las pérdidas de terreno por las ofensivas rebeldes.
Ceremonias de inauguración fueron organizadas a principios de semana en varios comandos regionales y escuelas militares de zonas controladas por el régimen castrense, tales como Naipyidó, Mandalay, Magway o Mon, publicó el martes el diario oficialista Myanma Alinn.
En febrero, la junta militar, que detenta el poder en el país desde el golpe de Estado de 2021, informó de que había reactivado una ley de reclutamiento con una primera fase de 5.000 civiles prevista a partir de abril.
Sin embargo, la junta ya reclutó para el Ejército a cientos de rohinyás el mes pasado, adelantándose al inicio oficial y a pesar de que muchos miembros de esta perseguida minoría musulmana no son reconocidos como ciudadanos.
Según la ley, todos los civiles, de entre 18 y 35 años en el caso de los hombres y de entre 18 y 27 años en el de las mujeres, pueden ser llamados para cumplir el servicio militar bajo un comando del Ejército por un periodo de hasta dos años.
Aquellos especialmente cualificados como médicos pueden ser reclutados hasta la edad de 45 en el caso de ellos y 35 si son mujeres para servir hasta 3 años en las fuerzas armadas.
Los que se nieguen se enfrentan a consecuencias penales, aunque se desconocen los detalles de las posibles penas.
La reactivación de la ley, promulgada en 2010, se produjo a raíz de las importantes derrotas a lo largo del país acumuladas en los últimos cinco meses por la junta militar, que ha cedido el control de numerosos puestos fronterizos con China, India y Tailandia ante el empuje de grupos armados opositores.
Las pérdidas del régimen castrense comenzaron a finales de octubre, cuando la poderosa Alianza de la Hermandad (formada por tres guerrillas de las minorías étnicas rakáin, chino-kokang y palaung) se alzó en armas y sumó varias victorias, entre ellas la captura estratégica de Laukkai, capital de la región de Kokang.
Desde entonces, las fuerzas rebeldes -algunas de las cuales combatían a los militares antes de la sublevación- han extendido el conflicto a otras regiones del norte, este y oeste del país.
El pasado fin de semana, la junta militar perdió el control de la ciudad de Myawaddy, conlindante con la urbe tailandesa de Mae Sot.
El golpe militar de 2021 acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.