Los efectos de contagio de las perturbaciones registradas en las principales economías emergentes, particularmente en el caso de China, han alcanzado en la actualidad magnitudes comparables a aquellos vinculados a 'shocks' en las economías avanzadas, según revela un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI). En un capítulo de su informe 'Perspectivas Económicas Mundiales', la institución con sede en Washington recuerda que, después de más de dos décadas de crecer casi al 6% anual, los mercados emergentes del G20 representan actualmente alrededor del 30% de la actividad económica mundial y en torno a una cuarta parte del comercio mundial. Al mismo tiempo, las economías de Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica y Turquía se han vuelto cada vez más sistémicas a través de su integración en las cadenas de valor globales (CGV), con el potencial de mover los mercados globales. Esto implica que los efectos de contagio de las sacudidas originadas en estas economías (así como de su desaceleración estructural durante la última década) en el crecimiento pueden tener ramificaciones mucho mayores para la actividad global. "Los efectos de contagio de los 'shocks' internos en los mercados emergentes del G20, particularmente China, han aumentado y ahora son comparables en tamaño a los de los shocks en las economías avanzadas", afirma el estudio. De este modo, según el FMI, las sacudidas en los mercados emergentes del G20 pueden explicar hasta el 10% de la variación de la producción después de tres años en otros mercados emergentes y el 5% en el caso de las economías avanzadas, destacando que el comercio, en particular a través de las cadenas de valor mundiales, es un canal de propagación clave que se ha fortalecido con el tiempo. De cara al futuro, las simulaciones sugieren que una posible aceleración del crecimiento en los mercados emergentes del G20, incluso excluyendo a China, "podría respaldar el crecimiento global en el medio plazo" y extenderse a otros países.