Estudiantes de escuelas rurales, probablemente de la de Ayotzinapa, han irrumpido este lunes en la sede del Gobierno del estado de Guerrero en Chilpancingo durante una manifestación en protesta por la muerte en una acción policial de su compañero Yanqui Khotan Gómez y han causado importantes daños y un incendio. Protección Civil y bomberos han sido movilizados para sofocar las llamas, provocadas por el lanzamiento de artefactos explosivos. En la protesta, además, han sido incendiados trece vehículos oficiales y particulares, aunque por el momento no hay información de sobre posibles daños personasles, informa el diario mexicano 'Milenio'. Los manifestantes llegaron a la sede del gobierno sobre las 8.15 horas y tomaron un camión de un grupo de operarios que trabajaban en el montaje de un templete para un homenaje a la bandera. Después distribuyeron pasquines entre los automovilistas y posteriormente comenzaron a lanzar explosivos caseros a vehículos y cristales del edificio. Entonces penetraron por una puerta lateral del Edificio Montaña, sede de la Dirección General de Comunicación Social (DGCS) y la Secretaría de la Juventud estatales, y allí prendieron fuego a los vehículos que se encontraban el interior del Palacio de Gobierno utilizando petardos y cócteles molotov. Después los estudiantes se retiraron de la zona sin que interviniera ninguna fuerza policial. El Palacio quedó en llamas, principalmente en el ala derecha, donde se ubica el edificio Montaña. Ya después de las 9.00 llegaron al lugar efectivos de Bomberos estatales y municipales, así como brigadistas de Protección Civil que extinguieron las llamas. El domingo los estudiantes se concentraron en un acto para denunciar los escasos avances en la investigación sobre la muerte de Khotan, fallecido por un disparo a bocajarro de un policía el pasado 7 de marzo. La primera versión policial sostenía que Khotan y otros normalistas dispararon contra los agentes, extremo que ha sido desmentido posteriormente. Este incidente se encuadra en las protestas por la desaparición de 43 estudiantes de la escuela rural para formación de maestros de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014 tras ser perseguidos a tiros y detenidos por policías, que los entregaron al grupo Guerrero Unidos por causas no esclarecidas. Durante años, el gobierno de Enrique Peña Nieto defendió que fueron asesinados por esta banda criminal al ser confundidos con otra rival, pero los normalistas denuncian que se trata de un crimen de Estado.