Kigali, 7 abr (EFE).- Ruanda inició este domingo los cien días de luto establecidos por el país para conmemorar el trigésimo aniversario del genocidio de 1994 en el que más de 800.000 tutsis y hutus moderados fueron asesinados, una matanza que todavía conmociona al mundo y a la sociedad ruandesa.
Para dar inicio a la conmemoración, el presidente del país, Paul Kagame, encendió acompañado de la primera dama, Jeannette, la tradicional llama del recuerdo en el Centro en Memoria del Genocidio en la capital, Kigali, donde yacen en fosas comunes más de 250.000 víctimas de la masacre.
En un solemne acto con momentos de silencio sólo interrumpidos por las canciones conmemorativas entonadas por una banda militar y por las instrucciones de protocolo, una decena de jefes de Estado y de Gobierno presentaron sus respetos ante los bloques de cemento blanco donde se alojan las sepulturas de las víctimas.
Entre los dirigentes presentes se encontraban el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, y los presidentes de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; República Centroafricana (RCA), Faustin-Archange Touadera; Madasgascar, Andry Rajoelina; Sudán del Sur, Salva Kiir; República del Congo, Denis Sassou Nguesso; Tanzania, Samia Suluhu Hassan; y la República Checa, Petr Pavel.
Asimismo, acudieron el jefe de Estado de Mauritania y presidente de turno de la Unión Africana (UA), Mohamed Ould Ghazouani, y el presidente de Israel, Isaac Herzog, el mismo día en que se cumplen precisamente seis meses del inicio de la guerra en la Franja de Gaza, por la que Tel Aviv se enfrenta a acusaciones de genocidio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Viajaron también a Kigali para unirse a los actos de memoria varios expresidentes, incluyendo al estadounidense Bill Clinton o el francés Nicolás Sarkozy, así como el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
El programa de conmemoraciones que arranca hoy en todo el país incluye la prohibición de grandes celebraciones, como bodas o competiciones deportivas, y la organización de conciertos y otros eventos culturales o de ocio no relacionados con el genocidio en bares y espacios públicos.
Además, en el marco de estos actos, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha emitido nuevos certificados para registrar otros cuatro monumentos conmemorativos del genocidio como sitios de patrimonio mundial, en Kigali, Bisesero (oeste), Nyamata (sureste) y Murambi (sur).
"Esto significa el reconocimiento internacional de que lo que pasó en Ruanda es una tragedia, no sólo para Ruanda sino también para toda la comunidad internacional, toda la humanidad", declaró este viernes a la prensa la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
Los cien días de luto marcados por el Gobierno ruandés concluirán el próximo 13 de abril con un acto en el Centro de Memoria del Genocidio de Rebero (Kigali), en recuerdo de los políticos que fueron asesinados por oponerse a la masacre.
El genocidio empezó el 7 de abril de 1994 tras el asesinato el día anterior de los presidentes de Ruanda, Juvénal Habyarimana, y Burundi, Cyprien Ntaryamira (ambos hutus), cuando el avión en el que viajaban fue derribado sobre Kigali.
La matanza que siguió -el Gobierno ruandés acusó del magnicidio a los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés (RPF), contra los que libraba una guerra desde 1990- causó la muerte de al menos 800.000 tutsis y hutus moderados en poco más de tres meses.
El genocidio fue una de las peores matanzas étnicas de la historia reciente de la humanidad.