Daca, 5 abr (EFE).- Discriminada por la conservadora sociedad de Bangladés, la comunidad transgénero de este país de mayoría musulmana recibió con alegría la apertura de la primera mezquita para este colectivo, excluido con frecuencia de los centros de oración por grupos radicales.
“Aquí no se nos permite ir a una mezquita normal. Los devotos dijeron que no sería justo ofrecer oración junto a personas transgénero”, dijo a EFE la líder comunitaria Joyita Tonu.
Inaugurada a principios de marzo en la ciudad norteña de Mymensingh, a un centenar de kilómetros al norte de Daca, la nueva estructura fue construida con la ayuda de una organización benéfica en un intento por mejorar el estatus social de esta minoría.
Según el último censo de población, en Bangladés viven 12.629 personas transgénero, conocidas localmente como hijras.
Tonu encabeza un grupo de unas 220 personas trans que residen en un complejo de viviendas gubernamentales en Mymensingh, y que propusieron erigir esta mezquita después de que otros fieles musulmanes les impidiesen orar con ellos.
“Cuando nos echaron de la mezquita local, nos preguntamos si podríamos hacer una nosotras mismas. Apelamos al comisionado de división, quien aceptó nuestra petición y nos asignó un terreno y algo de dinero”, indicó Tonu.
Fue entonces cuando recibieron el apoyo de Abdur Rahman Azad, fundador de una ONG musulmana que dirige en esa misma ciudad una escuela islámica para personas del conocido como 'tercer género'.
Esta humilde mezquita cuenta con una sola habitación junto a un cobertizo de chapa, rodeada por un terreno que ocupa unos 1.300 metros cuadrados y que albergará un cementerio para las personas trans locales, dijo Tonu.
"Esta mezquita está abierta a todos. No nos importa si otras personas se unen a nosotros en oración", agregó.
Akashi Hijra, una mujer trans nombrada Jui Sheikh al nacer, dijo a EFE que la apertura de la mezquita le dio "tranquilidad".
"Antes me expulsaron dos veces de nuestra mezquita local. Pero ahora puedo ofrecer oración aquí sin dudarlo", afirmó.
Sin embargo, Azad afirmó a EFE que la construcción de la mezquita no fue sencilla a pesar de que contaron con la cooperación del Gobierno, y señaló que un proyecto similar había fracasado un mes antes en otra ciudad.
Azad estableció en 2020 la primera escuela islámica del país para personas transgénero en Kamrangirchar, cerca de Daca, y dijo que en los últimos cuatro años su organización ha puesto en marcha escuelas similares en unos 50 distritos del país.
“No necesitamos un espacio separado ni demasiado dinero para establecer escuelas coránicas, ya que podemos administrarlas en lugares donde viven los hijras. Pero para establecer mezquitas necesitamos terrenos y otro tipo de asistencia, que no está disponible en todos los lugares”, afirmó.
Bangladés reconoció oficialmente a las personas transgénero como el tercer género en 2014, y en 2020 les otorgó el derecho a votar en una categoría separada.
Además, el Gobierno anunció en 2021 beneficios fiscales para las empresas que posean más de 100 empleados de este colectivo, o que representen un 10 % de su fuerza laboral.
No obstante, esta comunidad sigue enfrentando una gran discriminación por parte de la sociedad, lo que a menudo obliga a sus miembros a mendigar para ganarse la vida.
En enero de este año, el grupo islamista bangladesí Hefazat-e-Islami instó al Gobierno a abstenerse de promulgar una propuesta de ley que protege los derechos de las personas transgénero, diciendo que iba en contra del Islam.
Ese mismo mes, una importante universidad privada del país despidió a un profesor por oponerse a los derechos de las personas trans durante un seminario en Daca, según se observó en un vídeo viral en el que veía al maestro destrozando un libro con la historia de una mujer transgénero.
Azad Majumder