Washington, 1 abr (EFE).- El hotel, casino y club Tropicana, que por casi cuatro décadas fue escenario de espectáculos como el cabaret 'Folies Bergère' y de películas como ‘Diamonds Are Forever’, cerrará sus puertas este martes y quedará listo para su demolición en octubre.
La sala de apuestas del Tropicana cerrará para siempre en la próxima madrugada y los últimos huéspedes que ocupan algunas de las 1.500 habitaciones del hotel deberán irse antes de la medianoche.
Hubo una gran demanda de reservas en los últimos días del Tropicana y el sitio web del hotel indicó que las habitaciones disponibles se cotizaban a 499 dólares, sin contar impuestos y tarifas.
En el sitio que ocupa el Tropicana desde el 4 de abril de 1957, en el Boulevard Las Vegas, se construirá un nuevo estadio de la Liga Mayor del Béisbol que será la sede para los Atléticos de Oakland a partir de 2028.
Unos 500 trabajadores representados por el Gremio Culinario y de Baristas, recibirán 2.000 dólares por cada año de servicio y ocho meses de seguro de salud a su despido, según fuentes sindicales.
El estadio que se construirá, con un presupuesto de 1.500 millones de dólares y capacidad para 33.000 espectadores, cubrirá poco más de 36.000 metros cuadrados en la parcela de 142.000 metros cuadrados que ocupa ahora el Tropicana, operado por la firma Bally's.
El predio pertenece a la firma Gaming and Leisure Properties que colaborará con Bally's en el desarrollo de un nuevo centro de esparcimiento y hotelería en ese sitio.
Otrora el Tropicana se consideraba como un hotel y casino de lujo que, durante la década de 1960 recibió en su Blue Room a algunos de los músicos de jazz más destacados de la época, entre ellos Louis Armstrong, Dave Brubeck and Al Hirt.
Al tiempo de su apertura, entonces con un costo de 15 millones de dólares, el Tropicana incluía una gran sala de servicio gourmet, y el edificio contaba con dos alas de tres pisos cada una y unas 300 habitaciones decoradas en estilo francés provincial, renacimiento italiano, el Lejano Oriente y otras fantasías.
En las décadas siguientes el Tropicana ofreció actuaciones de figuras tales como Elizabeth Taylor y Elvis Presley, e incluso fue escenario de una película de la saga de James Bond.
La fama del Tropicana tuvo sus tonos sombríos: el constructor Ben Jaffe, dueño del Fontainebleau de Miami aparentemente tenía vínculos con la mafia, y el gerente era Phil Kastel, también aparentemente relacionado con Frank Costello, de Nueva York.
Unas tres semanas después de la apertura del Tropicana, hubo un intento de asesinato de Costello a quien se le halló en el bolsillo un papel en el constaban los ingresos del Tropicana. EFE
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