El ministro de Petróleo de Libia, Mohamed Aoun, ha sido suspendido de sus funciones en medio de una investigación por supuesto despilfarro de dinero público y entre las críticas del principal órgano consultivo de las autoridades de Trípoli a la decisión. La suspensión de Aoun fue anunciada el pasado lunes pero no ha sido hasta los últimos días cuando ha cobrado efecto. La decisión fue adoptada por el Gobierno de Unidad Nacional dirigido por el primer ministro de Libia, Abdulhamid Dbeibé, sin dar explicaciones en un primer momento hasta que fuentes de la agencia Bloomberg precisaron la razón. La suspensión de Aoun ha sido duramente criticada por 53 integrantes del Alto Consejo de Estado de Libia, que aseguran que se trata de una persecución contra el suspendido ministro debido a su oposición a la firma de acuerdos "sospechosos" sobre el petróleo libio, tabla de salvación de un país arrasado por años de conflicto armado y polarizado entre dos administraciones paralelas y enfrentadas. "Lo que más nos asombra de todo esto ha sido la velocidad con la que ha sido asignado su sustituto", dicen los firmantes en relación al nuevo ministro en funciones, Jalifa Abdel Sadiq, "lo que significa que este asunto ha sido arreglado de antemano por el primer ministro". "Condenamos y denunciamos estas medidas, que aclaran que la deportación deliberada del mencionado ministro se debió a su oposición a negocios y acuerdos sospechosos, sobre los cuales se ha suscitado mucha controversia en el último período", añaden los firmantes en la nota, recogida por el portal 'Libya Update'. "Por lo tanto, exigimos la restitución inmediata del ministro y la suspensión de la decisión adoptada para retirarle del cargo", concluyen los miembros del Alto Consejo de Estado, una especie de equivalente del Senado de Libia. Aoun fue nombrado ministro de Petróleo en 2021, cuando el gobierno internacionalmente reconocido del primer ministro Dbeibé con sede en la capital, Trípoli, intentó imponer mayores controles a la National Oil Corporation (NOC), la compañía petrolera nacional de Libia y una de las instituciones más poderosas del país. El antiguo presidente de la empresa estatal, Mustafá Sanalla, había estado dirigiendo el sector durante años en ausencia de un ministro de Petróleo y el intento de Aoun para obtener el control provocó profundas divisiones y caos en la industria. Sanalla logró aguantar hasta que lo obligaron a dimitir el año siguiente, en un esfuerzo ampliamente visto como un compromiso entre las dos administraciones libias, la de Trípoli y la del este del país. Tampoco ayudó que Aoun rechazara algunos acuerdos respaldados por el nuevo presidente de la NOC, Farhat Bengdara, y el Gobierno de Trípoli, lo que tensó aún más las relaciones entre las partes.