Lisboa, 27 mar (EFE).- El primer ministro saliente de Portugal, el socialista António Costa, evitó este miércoles hablar sobre la caótica situación en el nuevo Parlamento luso, incapaz de elegir un presidente por su configuración actual, y sobre su caso ante la Justicia que le hizo dimitir.
Costa dio una rueda de prensa para hacer balance de su gestión durante ocho años, pero esquivó responder a los asuntos más polémicos.
"No soy comentarista", dijo el jefe del Gobierno en funciones, cuando fue cuestionado por los periodistas de forma repetida sobre la incapacidad del nuevo Parlamento para elegir a su futuro presidente ante la falta de la mayoría necesaria.
Según el reglamento de la cámara, el presidente tiene que ser escogido por mayoría absoluta, que son 116 escaños de los 230; un número complicado de obtener por el actual tablero político, donde la coalición de centroderecha ganadora de las elecciones, la Alianza Democrática (AD), tiene 80 asientos.
La segunda fuerza en el Parlamento, el Partido Socialista (PS), con 78 escaños, se ha negado por ahora a apoyar al candidato de AD, mientras que con la tercera formación, el ultraderechista Chega, con 50 diputados, el líder de AD, Luís Montenegro, se niega a negociar.
Costa también fue preguntado por el caso que desencadenó su dimisión el pasado 7 de noviembre, cuando la Fiscalía anunció que lo investigaba por presuntas irregularidades en negocios del litio, el hidrógeno verde y un centro de datos, sin que hasta el momento haya dado más explicaciones o lo haya imputado.
"Sobre mi situación personal no voy a hablar, solo hablé cuando tenía que hablar, solo hablé cuando tenía que decir lo que tenía que decir, desde el punto ético e institucional entiendo que quien se encuentre en la situación de sospecha pública no puede obviamente mantener los principios y funciones que desempeñaba", dijo el primer ministro saliente.
No obstante, remarcó que desde ese día hasta hoy no ha vuelto a saber nada más y que cuando la Justicia quiera transmitirle algo "ya sabe" dónde está.