Las acciones del conglomerado danés AP Moller-Maersk, dueño del segundo mayor operador de transporte marítimo de mercancías, han caído este martes tras conocerse que el carguero ‘Dali’ que ha provocado el derrumbe de un puente en Baltimore (Estados Unidos) estaba fletado por la naviera.
De esta forma, los títulos de la compañía en el parqué de Copenhage han caído un 2,75%, hasta las 8.680 coronas danesas (1.163,8 euros). La cotización de las acciones de Maersk han registrado un vaivén a lo largo de la sesión, con ganancias en un primer inicio a las que siguieron bajadas seguidas de sus correspondientes alzas hasta su estabilización en un rango cercano al -3%.
“Podemos confirmar que el portacontenedores ‘Dali’ es propiedad de Grace Ocean, y que está operado por Synergy Group. Está fletado por Maersk y transporta carga de clientes de Maersk. No había tripulación ni personal de Maersk a bordo del buque”, ha asegurado la multinacional en una nota de prensa.
Te puede interesar: Lo que se sabe hasta ahora del colapso del puente Francis Scott Key en Baltimore
El barco, con pabellón de Singapur y de 32.000 toneladas, fue construido en 2015 y ya en 2016 estuvo involucrado en un incidente en el puerto de Amberes (Bélgica) que solo provocó daños materiales.
Un derrumbe “de libro”
El derrumbe del puente Francis Scott Key ha sido “de libro” al resultar dañada y fallar una de sus pilas (estructuras de apoyo), ha explicado el ingeniero español José Manuel Simón-Talero.
El experto de la firma española Torroja Ingeniería ha señalado a la agencia EFE que lo que más le había sorprendido es “la ausencia o, por lo menos, lo reducido de las defensas frente a impactos de embarcaciones”, una estructura que suele ser habitual en este tipo de puentes, “por lo menos en era más moderna”.
Simón-Talero ha explicado que el puente de más de dos kilómetros de largo y que cruza el río Patapsco, era de “gran luz”, lo que describe la cantidad de metros entre una pila y la siguiente.
Te puede interesar: Las víctimas del accidente del puente de Baltimore eran trabajadores de Honduras, Guatemala, El Salvador y México
“El fallo de un elemento tan importante como la pila supone que la luz a soportar crece el doble, en lugar de 150 o 200 metros pasa a 400 metros y eso es insoportable para la propia estructura”, ha detallado el ingeniero, que trabaja en puentes desde hace 35 años.
Duplicar la luz entre dos pilas significa cuadriplicar la carga y “el puente no estaba preparado para eso, el colapso ha sido lo que tenía que ser, por así decirlo, cuando falla la pila”.
En puentes de luz pequeña, a veces hay mecanismos redundantes que pueden absorber el incremento de luz y la carga si una de la pilas falla, pero en los de gran tamaño como el del Baltimore “sería inviable”, tanto económica como desde el punto de vista de la construcción, ha precisado el experto.
En este accidente, lo que más ha extrañado al ingeniero es lo reducido de las defensas ante impactos: “Eran pequeñas o estaban muy solidarias con lo que es la base del puente”.
Simón-Talero ha indicado que el portacontenedores que chocó contra una de las pilas del puente podría tener más de 200 metros de longitud, lo que supone entre 140 y 150.000 toneladas de desplazamiento de peso moviéndose a unos 15 kilómetros por hora. “La energía que tiene es muy difícil de parar”, ha comentado.
En el caso de puentes sobre canales marítimos con gran cantidad de tráfico se diseñan defensas flexibles, que “se deforman para absorber la energía del impacto”. Ese tipo de defensas -según el ingeniero- se colocan a cierta distancia del elemento estructural para que puedan deformarse lo suficiente sin tocar la estructura.
(Con información de Europa Press y EFE)