La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha advertido este lunes de que sería un "enorme fracaso para la UE" que cayese la Ley de Restauración de la Naturaleza --que busca recuperar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas para 2030-- que depende ahora de la adopción final por parte de los Veintisiete después de que el pleno del Parlamento Europeo la aprobase en febrero en una ajustada votación. "Es cierto que la ley está en sus últimas etapas", ha reconocido Ribera en declaraciones a los medios a su llegada a la reunión de ministros de Medio Ambiente de la UE que se celebra en Bruselas, al tiempo que ha recordado que la norma tuvo una tramitación "compleja" tanto en el Consejo como en el Parlamento, mientras que ahora "queda la recta final". La tramitación del expediente está en manos de la presidencia belga del Consejo, que ha pospuesto sin nueva fecha la votación de la ley después de que el pasado 22 de marzo constatase que esta no contaba con la mayoría necesaria porque Austria, Bélgica, Finlandia, Italia, Países Bajos, Polonia y Suecia expresaron reparos, países a los que se unió además Hungría, en principio defensora del "sí", en un giro que desequilibró la balanza a favor de la minoría de bloqueo. "Para la UE sería un enorme fracaso no tener un compromiso de restauración de la naturaleza", ha avisado Ribera, quien ha incidido en que la naturaleza y el sistema climático "no admiten pausas recreo". A su juicio, sería una "enorme irresponsabilidad hacer caso a quienes reclaman que la Agenda Verde se frene o vaya hacia atrás" porque "todo el ciclo de la naturaleza se desentiende completamente de las pequeñas peleas que puedan tener los distintos grupos políticos". "Retardar la acción significa más coste, más sufrimiento", ha remachado. "Europa no se puede permitir el lujo de dejar caer la Agenda Verde, como no se puede permitir el lujo de dejar caer los ecosistemas", ha aseverado Ribera, quien mantiene su confianza en que los Veintisiete logren sacar adelante la ley pese al cambio de parecer de Hungría y pide "no dar nada por terminado". En este sentido, el ministro responsable de Cambio Climático, Medio Ambiente y Energía de Bruselas-Capital, Alain Maron, ha abogado por intentar entender por qué Hungría ha decidido cambiar su voto y trabajar en eso. "Todavía es una prioridad para la presidencia belga tener éxito en este expediente y haremos todo lo posible para conseguirlo", ha afirmado. De hecho, a pesar de que discusión sobre la ley se había retirado de la agenda de los ministros, fuentes de la presidencia han explicado que finalmente sí se ha incluido en el orden del día a modo de debate informal para abordar la situación actual del expediente. Por su parte, la secretaria de Estado de Medio Ambiente de Hungría, Anikó Raisz, ha defendido la necesidad de flexibilidades para los Estados miembro y recordar que el sector agrario es muy importante, no sólo en Hungría. "Tenemos que ser realistas y tener en cuenta a todos los agentes que pueden ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos", ha apuntado.