Brasilia, 25 mar (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibirá este martes a su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien hará una visita de tres días al país, centrada en asuntos medioambientales, económicos, energéticos y políticos.
La cancillería brasileña definió esos cuatro puntos como los ejes de la que será la primera visita oficial del líder galo a un país latinoamericano desde que asumió el cargo, en 2017.
Esos ejes están definidos hasta por las cuatro ciudades que Macron visitará en Brasil.
Su primera escala será en la ciudad amazónica de Belém, que en 2025 acogerá la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP30) de 2025.
Seguirá hacia Río de Janeiro, donde visitará un astillero en el que se desarrolla un programa franco-brasileño para la construcción de submarinos, viajará a São Paulo para un evento empresarial y concluirá su gira en Brasilia, con una cita de carácter netamente político con Lula.
En Belém, Macron tendrá un primer contacto con la Amazonía en una jornada cargada de simbolismo, debido a la preocupación que comparte con Lula sobre la necesidad de proteger las selvas tropicales.
Tras la recepción oficial, se embarcarán en un buque de la Marina, navegarán por la bahía de Guajará y mantendrán a bordo su primera reunión de trabajo.
Irán hasta la isla de Combú, conocerán proyectos de desarrollo sustentable de cacao, se reunirán con dirigentes indígenas y hasta se adentrarán "un poco en la selva", según la cancillería brasileña.
La intención de Lula es presentarle a Macron "la compleja realidad amazónica", una región con 25 millones de habitantes que, según el líder brasileño, deben tener acceso a "una vida digna, con pleno respeto a la biodiversidad".
Partirán luego hacia Río de Janeiro, donde el miércoles visitarán el complejo naval de Itaguaí, sede de un programa de construcción de submarinos con cooperación francesa.
En presencia de Lula y Macron, será botado un submarino fruto de esa cooperación, que comenzó en 2009 durante el segundo mandato de Lula e incluye la construcción de cinco sumergibles, uno de ellos de propulsión nuclear.
Según dijeron a EFE fuentes oficiales, en Itaguaí "es posible" que se discutan nuevas líneas de cooperación en el área nuclear y en favor del desarrollo de energías limpias, que ambos Gobiernos promueven frente al cambio climático.
Macron viajará luego a São Paulo, donde el mismo miércoles participará en un evento empresarial, inaugurará una nueva sede del Instituto Pasteur y se reunirá con personalidades de la cultura brasileña.
La agenda se centrará en negocios y la búsqueda de fórmulas para ampliar un comercio bilateral que en 2023 llegó a 8.400 millones de dólares, con la balanza ligeramente inclinada en favor de Francia.
Macron, junto al vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, encabezará un seminario que reunirá a cientos de empresarios de ambos países en la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), las más poderosa organización del sector privado en Brasil.
Francia es el tercer mayor inversor extranjero en Brasil, detrás de Estados Unidos y España, con capitales por unos 38.000 millones de dólares, y unas 860 empresas galas operan en el país.
En São Paulo, Macron tiene prevista una cena con personalidades de la cultura brasileña y, según fuentes oficiales, quisiera "dar un paseo" por la avenida Paulista, corazón financiero de la ciudad más poblada del país.
Macron concluirá su visita el jueves en Brasilia, donde será recibido con honores de Estado y discutirá con Lula los asuntos más espinosos de la realidad regional y global.
En la agenda figuran los conflictos de Oriente Medio y Ucrania, frente a los que Lula y Macron tienen diferentes percepciones, y también la situación en Venezuela de cara a las elecciones de julio próximo.
Fuentes diplomáticas francesas han dicho que Macron no pretende explicar su rechazo al estancamiento de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Mercosur, pero desde el lado de Brasil se dice que Lula sí insistirá en el asunto.
Aún así, la diplomacia brasileña reconoce que, al menos durante el primer semestre de este año, debido a las próximas elecciones parlamentarias europeas, será "casi imposible" que las discusiones puedan ser retomadas.