Bogotá, 24 mar (EFE).- El éxtasis, las metanfetaminas, los hongos o el tusi ('cocaína rosa') suelen aparecer en los festivales de música juveniles en Colombia, por la cual el programa Échele Cabeza surgió para buscar reducir los riesgos de estas drogas y fortalecer la capacidad de decisión de los jóvenes frente al consumo.
En el Festival Estéreo Picnic de Bogotá, el más importante del país que comenzó el jueves y culmina este domingo, este programa tiene una carpa en la que los asistentes pueden acercarse a que expertos de diversas ramas revisen, a través de análisis, qué tipo de droga van a consumir y les hagan sugerencias al respecto.
"Esta estrategia de reducción de riesgos y de daños salva vidas, también reduce las intoxicaciones y permite que las personas puedan tener una gestión del placer donde tengan una mejor convivencia y una buena relación con las sustancias y las otras personas", expresa a EFE Daniel Rojas, psicólogo de la Corporación Acción Técnica Social y de Échele Cabeza.
Esta iniciativa ya lleva casi una década ayudando a los jóvenes a tomar decisiones más informadas con respecto a su consumo y en los cuatro días de festival estimaba analizar miles de muestras y atender a miles de personas
"Igual que los años pasados, venimos con un equipo bastante completo y con diferentes servicios para atender a las personas que requieran atención, o que busquen información o un análisis de sustancias", cuenta Rojas.
En la carpa, el proyecto tiene para realizar los análisis y, en medio de la algarabía del festival, brinda una opinión más calmada, sobre todo para los jóvenes que en muchas ocasiones llevan un sobre pensando que tienen una droga y en realidad es otra cosa que causa un efecto completamente diferente.
"La que se lleva el primer lugar (en análisis) es el éxtasis, el comprimido; en segundo lugar viene el cristal MDMA; después el tusi (...) y después vienen los psicodélicos como el LSD y en menor medida, los hongos", expresa el psicólogo.
Agrega: "Esas son las ilegales, pero lo que más se consume es alcohol, que es una de las que más genera dificultades en la convivencia, y el tema del tabaco".
Justamente, explica Rojas, ahí es donde radica buena parte del problema porque el mercado de las drogas no es regulado y, por consiguiente, no hay un control "sobre la sustancia" ni se garantiza "una seguridad para la salud del consumidor".
"Como no tienes la seguridad y nunca vas a tener la seguridad, el hecho de venir a Échele Cabeza es tener mayor información (...) además de que no es solo saber si es o no es, porque sabiendo que el resultado pueda ser no significa que puedas tener un buen consumo", manifiesta.
El Gobierno colombiano, representado por el Ministerio de Justicia, apoya este tipo de iniciativas que van en la línea de su propuesta para enfrentar el consumo de sustancias psicoactivas.
Es por esa razón que el viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, Camilo Umaña, visitó la carpa de Échele Cabeza para conocer de primera mano el trabajo de este programa.
"Siendo el consumo de las sustancias psicoactivas una realidad, necesitamos tener una estrategia de prevención, de reducción de riesgo, de disminución del daño que permita a los usuarios conocer qué consumen, saber y tener información para evitar riesgos en su salud y tener información también para tener un contexto más sano y saludable", dijo a EFE.
Eso, en opinión del psicólogo Rojas, es importante porque la participación del Gobierno "brinda no solo más respaldo sino que también da la capacidad de tener otro tipo de avances y narrativas que permitan el avance de la noción y el entendimiento de las drogas y de las personas usuarias de drogas".
Jorge Gil Ángel