Redacción Deportes (EE.UU.), 22 mar (EFE).- Los New Orleans Pelicans ganaron en Miami este viernes a los Heat (88-111) un partido marcado por el resultado bajo que provocaron las defensas zonales implementadas por ambos técnicos durante la mayoría de los minutos y que complicaron muchísimo los ataques.
Para los Pelicans es un triunfo muy destacable ya que les sitúa de lleno en la batalla por la cuarta plaza del Oeste, mientras que para Miami el 'Play-In', con 13 partidos más por delante, parece ahora mismo un destino bastante probable.
El partido estuvo muy marcado además por el bajo rendimiento ofensivo de dos referentes anotadores de ambos conjuntos como Bam Adebayo y Zion Williamson con 12 y 4 puntos respectivamente.
Destacó por los visitantes CJ McCollum, que firmó 30 puntos y 7 asistencias, pero no se entendería la victoria de New Orleans sin la aportación desde el banquillo de un José Alvarado magistral con 17 tantos.
En Miami Jimmy Butler fue quien más anotó con 17 puntos pero estuvo muy fallón y poco acompañado, echando los de Spoelstra mucho de menos a sus tiradores, principalmente a un Duncan Robinson lesionado en su espalda.
Ambos equipos comenzaron negados de cara al aro. Fue Miami con un parcial de 7-0 el que comenzó marcando diferencias y anotando de manera muy variada. La sequía de los Pelicans duró tres minutos y medio, pero el 12-2 en contra de salida alarmó a Willie Green.
El serbio Nikola Jovic acertó los dos triples que intentó desde la esquina, y New Orleans realizó modificaciones para jugar más abiertos.
Les funcionó para tomar aire y tirar con más precisión, y así llegaron dos triples consecutivos, el primero del puertorriqueño José Alvarado, tan eléctrico como siempre, y el segundo secundándole lo firmó Trey Murphy III.
El perímetro fue clave. Miami lo intentó hasta en 15 ocasiones desde el arco, apostándole claramente a sumar de tres en tres, pero sin éxito, apenas dos aciertos, los dos de Jovic, permitiendo que los Pelicans despidieran el primer cuarto arriba en el marcador con el 20-21.
El bloqueo de salida en el segundo periodo le correspondió al equipo de Spoelstra, que recibió un 12-4 con el lituano Valanciunas dominando en la pintura y CJ McCollum destrozando desde el triple con dos casi seguidos.
La clave estuvo en su defensa. Aplicaron una zona que complicó a unos Heat que seguían apostando descaradamente por el tiro exterior.
Swider terminó disputando 18 minutos, cifra muy poco habitual para un contrato de dos vías y cumplió cerrando la noche con 14 puntos y un efectivo cuatro de seis en triples.
Nada más entrar, el chico había metido dos de tres, y Spoelstra respondió con la misma moneda en defensa, otra zona, que su equipo aplica habitualmente como nadie y obtuvieron beneficios inmediatos, anulando el efecto Alvarado y, pese a la desconexión, no la sacaron tan cara. Llegaron al descanso con el 42-46 en el luminoso.
Los hombres de Green hicieron algo que, en ocasiones, es lo más complicado, mantener la ventaja sin precipitarse ni cometer errores en pabellón ajeno. La barrera de los diez puntos siempre estuvo ahí, incluso llegaron a alcanzar una máxima de 14 tantos con el 50-64 a mitad del tercer cuarto.
Thomas Bryant se puso el traje de tirador y rozando el surrealismo anotó dos seguidos para mantener a Miami en la pelea, aportó minutos de calidad remplazando a Adebayo. Al último capítulo se llegó con un triple clave de McCollum que devolvió los diez puntos de distancia: 66-76.
En el último cuarto los Pelicans cada vez se marchaban de más y más puntos. Los de Green endosaron un 8-0 de salida al último cuarto y se dispararon a ventajas ya por encima de la veintena hasta cerrar en un doloroso 88-111 para Pelicans para Miami, habiendo obtenido una máxima de hasta 26 tantos.