El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Geir Pedersen, ha advertido al Consejo de Seguridad de la ONU de que el conflicto y la violencia continúan después de trece años de guerra en el país, que se han exacerbado desde el conflicto en la Franja de Gaza y donde aún persisten numerosos frentes abiertos y en el que se encuentran involucrados numerosos actores locales e internacionales, entre los que hay presentes al menos seis ejércitos extranjeros. "Tras trece años de conflicto en Siria, y a pesar de un año de nuevas vías diplomáticas, la trágica realidad es que los acontecimientos van todos en la dirección equivocada, incluso en los ámbitos de la seguridad, humanitario, de los Derechos Humanos, económico y político. Me alarma la trayectoria de los acontecimientos y la falta de avances para revertirlos", ha manifestado durante su intervención. En ese sentido, ha recordado que tan solo en el último mes se han producido en territorio sirio ataques israelíes contra posiciones del Ejército, de milicias proiraníes y de la Guardia Revolucionaria de Irán; enfrentamientos entre las fuerzas progubernamentales y el grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS) en la provincia de Idlib, bombardeos turcos contra milicias prokurdas en el noreste, la movilización de tropas jordanas en la frontera y diferentes ataques de Estado Islámico contra civiles. Además, ha destacado que la situación humanitaria en el país es peor que en cualquier otro momento de los trece años de guerra, y es que más de 16,7 millones de personas necesitan asistencia humanitaria. "Hay que llegar a los necesitados a través de todas las modalidades, incluidas las transfronterizas. Instamos a los donantes, tanto tradicionales como no tradicionales, a que contribuyan generosamente a la respuesta humanitaria, también para la recuperación temprana. No puede ser que cuando las necesidades humanitarias aumentan la financiación disminuya. Hay que mitigar y evitar los efectos de las sanciones sobre los sirios de a pie", ha pedido el enviado especial. Tras ello, ha descrito una situación de colapso económico y de degradación institucional que "afecta a millones de personas" que intentan acceder a los servicios estatales más básicos. Pedersen ha recordado que más de la mitad de la población siria de antes de la guerra continúa "languideciendo" en el exilio o en campamentos de desplazados, muchos de ellos desde hace más de una década, que no pueden volver por razones de seguridad o por falta de medios de subsistencia. VIOLACIONES DE DDHH Por otro lado, ha destacado que más de 100.000 personas continúan detenidas "de forma arbitraria" o desaparecidas de forma forzada, y ha lamentado que no se está viendo ningún progreso respecto a las liberaciones. "Seguimos recibiendo informes preocupantes sobre detenciones arbitrarias y secuestros, así como sobre tortura, incluida violencia sexual, en lugares de detención de varias partes de Siria", ha añadido. Además, las manifestaciones contra el Gobierno sirio siguen produciéndose, en algunas zonas en forma de huelga general como la de Sweida, donde los manifestantes asaltaron y saquearon edificios oficiales; al menos una persona ha muerto durante la represión de las protestas. Respecto a la situación de la mujer, numerosas activistas sirias han denunciado el aumento del acoso y de amenazas de violencia física, especialmente tras el asesinato de un miembro de un consejo local en el noroeste del país. NECESIDAD DE ALCANZAR UNA SOLUCIÓN POLÍTICA Y NO MILITAR "No existe una vía militar para resolver estos innumerables retos: solo una solución política global puede hacerlo. Este mes he debatido la profundidad de la crisis con el ministro Exteriores sirio, Faisal al Mikdad, así como con el presidente del Alto Comité Sirio de Negociaciones (SNC), Bader Jamus, y con homólogos rusos, iraníes, turcos, chinos, árabes, estadounidenses y europeos. Mi mensaje fue claro: hay que desatascar la vía política, bloqueada e inactiva", ha expresado. El enviado de la ONU ha informado sobre sus numerosas reuniones con diferentes actores políticos para proponer opciones de cara alcanzar un acuerdo político, aunque sin éxito. "Tras haber intentado muchas opciones, y como propuesta puente, he invitado a los miembros del Comité Constitucional a celebrar la novena sesión del Órgano Menor del Comité en Ginebra en abril. El SNC aceptó la invitación. El Gobierno no lo hizo", ha lamentado. Es por ello por lo que ha pedido a la comunidad internacional contribuir a las negociaciones entre los diferentes actores en el país, aunque ha recalcado que "el futuro político de Siria deben decidirlo los sirios". "Cuanto antes acepten esto todos los actores y estén dispuestos a sentarse a la mesa, mejor será para el cansado y sufrido pueblo sirio, y más cerca estaremos de la realización de la resolución 2254 del Consejo de Seguridad", ha concluido.