Quito, 21 mar (EFE).- Un nuevo estudio realizado por científicos de la Fundación Charles Darwin (FCD), en colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG) de Ecuador, alerta sobre la creciente amenaza que representan las especies de plantas invasoras para el bosque endémico de Scalesia en las Islas Galápagos.
La investigación destaca que en la parte alta de las Islas Galápagos, el bosque de Scalesia, alguna vez dominado por la especie de margarita gigante Scalesia pedunculata, "ha visto significativamente reducida su área debido a cambios en el uso de suelo en el pasado y, actualmente, debido a una invasión creciente de especies de plantas introducidas".
Especies invasoras
El estudio, realizado en la isla Santa Cruz, donde el bosque de Scalesia comprende solo el 3 % de su distribución histórica, evaluó los impactos de tres especies invasoras de plantas: mora (Rubus niveus), sauco (Cestrum auriculatum) y churuyuyu (Tradescantia fluminensis), y su eliminación en las comunidades de plantas locales, con especial atención a la población de Scalesia pedunculata.
Durante una década (2014-2023), se monitoreó la vegetación en 34 parcelas permanentes de 10 x 10 metros, comparando áreas donde se controlaron plantas invasoras con aquellas donde no se hizo.
Los resultados revelaron que la cobertura de todas las especies endémicas, incluida la de Scalesia, aumentó significativamente en un 37 % en las parcelas de control de invasoras, mientras que disminuyó en un 65 % en las parcelas invadidas durante los diez años de la investigación.
El estudio también mostró que la reducción de la cobertura de especies de plantas endémicas en las parcelas invadidas se debió principalmente a la disminución en la cobertura de Scalesia en un 71 % y la ausencia completa de germinación de semillas de la especie, y consecuentemente de plantas jóvenes de Scalesia.
Heinke Jäger, autora principal del estudio e investigadora principal del programa de Restauración del Bosque de Scalesia de la FCD, enfatizo que los hallazgos indican que, "sin una intervención inmediata para controlar las especies invasoras de plantas a gran escala, la margarita gigante enfrenta una extinción inminente en la isla de Santa Cruz dentro de los próximos 20 años".
Las plantas de Scalesia tienen un ciclo de vida corto, de aproximadamente 15 a 20 años, y persiste produciendo numerosas semillas que germinan en espacios abiertos y despejados del bosque.
La mora invasora
La mora, introducida en 1968, es altamente invasora y forma un espeso matorral en el sotobosque, obstruyendo la transmisión de luz solar y, por lo tanto, inhibiendo la germinación de semillas de Scalesia, y consecuentemente, la regeneración de la especie.
"Necesitamos actuar rápido. Veinte años es la esperanza de vida de un árbol de Scalesia pedunculata", alertó.
Pero agregó que "la buena noticia" es que han demostrado que, a través de acciones de manejo y priorizando medidas de control de especies invasoras, se puede salvar el bosque irremplazable del que dependen muchas otras especies de plantas y animales en el archipiélago, declarado en 1978, Patrimonio Natural de la Humanidad.
Control manual
Para proteger a la Scalesia, los guardaparques de la DPNG, junto con los asistentes de campo de la FCD, han hecho un control manual y químico de plantas invasoras durante más de 20 años.
Es un esfuerzo intenso y costoso que requiere acción continua durante un largo período de tiempo. Estos métodos de control son los únicos disponibles ahora, mientras avanzan estudios para encontrar métodos de control viables a largo plazo, incluido el biológico.
Christian Sevilla, coautor del estudio y técnico de la DPNG, señalo que la última década han invertido esfuerzo y presupuesto para combatir las especies invasoras en esas áreas de alto valor ecológico, logrando resultados positivos y demostrando que es factible la restauración de estos ecosistemas y sus interacciones.
"Pero no han sido suficientes para lograr recuperar totalmente las poblaciones de especies endémicas como Scalesia. Por ello, es necesario aumentar los esfuerzos y buscar nuevos métodos como el control biológico, que es a largo plazo y menos costoso", apuntó.